La afición teatrera madrileña recordará un montaje que dio que hablar en su momento, a pequeña escala, hace 12 años. Su título era Vamos a por Guti y estuvo en la carabanchelera sala Tarambana. Era la presentación en Madrid de Projecte NISU, colectivo catalán donde Albert Boronat ejercía de autor. Uno de los actores de aquella obra, Sergi Torrecilla, sigue junto a Boronat en esta otra perla que nos trae ahora al Festival de Otoño. Boronat lleva unos años en entente cordial y creativa con Andrés Lima, facturando tremendos éxitos como las dos partes de Shock o Prostitución. Esto que presenta aquí, sin embargo, no tiene esa factura tan espectacular, va más allá de lo que llamamos pequeño formato. Es un formato íntimo más bien. Si al leer los nombres de Boronat y Torrecilla juntos nos acordábamos de Vamos a por Guti, al ver la propuesta que hay detrás de Una casa en la montaña volvemos un par de lustros atrás para revivir aquella explosión de teatro íntimo que tuvo lugar en Madrid con lo que aportaron espacios como La casa de la portera o La trastienda.