Casa de muñecas - Eduardo Galán
Próximo estreno
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Casa de muñecas - Eduardo Galán

María León protagoniza Casa de muñecas, de Henrik Ibsen, en una adaptación de Eduardo Galán y bajo la dirección de Lautaro Perotti. La obra, estrenada en 1879, es una de las piezas más importantes del teatro moderno y se considera un hito en la historia del drama por su tratamiento de temas como la identidad, la libertad y la igualdad de género. En el teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa.

Sinopsis

La obra está ambientada en una sociedad burguesa y sigue la historia de Nora Helmer, una esposa y madre que aparentemente lleva una vida feliz y tranquila con su marido, Torvald Helmer. Sin embargo, a medida que avanza la trama, se revela que Nora ha mantenido un secreto: años atrás, falsificó la firma de su padre para obtener un préstamo que salvó la vida de su marido. Este acto, aunque bienintencionado, la pone en una situación vulnerable, ya que en la sociedad de la época, las mujeres no tenían derechos legales independientes.

El conflicto central de la obra surge cuando Torvald descubre el secreto de Nora y, en lugar de apoyarla, la condena. Este evento es un catalizador para Nora, quien empieza a cuestionar su papel en la familia y en la sociedad. La obra culmina con un momento revolucionario para el teatro de la época: Nora decide abandonar a su marido e hijos para encontrar su propia identidad y libertad, una decisión que desafía las normas sociales de la época.

El final de Casa de muñecas, con la famosa «puerta que se cierra» tras Nora, es uno de los momentos más icónicos en la historia del teatro. La obra provocó un gran debate en su tiempo por su crítica a las convenciones sociales y el papel subordinado de la mujer en el matrimonio, y sigue siendo relevante en discusiones sobre el feminismo y los derechos individuales.

En palabras de Eduardo Galán

Fue la primera obra dramática de Ibsen que causó sensación. Se estrenó el 21 de diciembre de 1879 en el Teatro Real de Copenhague. En la actualidad es quizá su obra más famosa y de lectura obligada en muchas escuelas y universidades. Su publicación generó gran controversia por su fuerte crítica las normas matrimoniales del siglo XIX. Ibsen negó que fuese una obra feminista, pero para muchos críticos supuso la primera obra teatral verdaderamente feminista.

El portazo de Nora 150 años más tarde.

¿Cómo daría Nora su célebre portazo de Casa de muñecas en 2024, ciento cincuenta años después del estreno en Oslo del célebre drama de Ibsen? ¿Por qué volver otra vez al archiconocido portazo de Nora? ¿Por qué en 2023 se revisitó la obra en Broadway, protagonizada por Jessica Chastain? Algo seguirá removiendo nuestras conciencias cuando regresamos al emblemático portazo, que simboliza el nacimiento de la independencia de la mujer frente al dominio del hombre en las relaciones familiares y de pareja. Por supuesto que la sociedad occidental ha cambiado en siglo y medio. Pero tal vez no lo suficiente. Todavía mantenemos roles y estereotipos que impiden el desarrollo profesional y personal de la mujer en igualdad de condiciones que el hombre. Hemos imaginado cómo serían la vida y las inquietudes de Nora en 2024, qué le llevaría a abandonar a su familia: una mujer que necesita recuperar el tiempo empleado en cuidar de su marido enfermo y de sus hijos para cuidar de sí misma, estudiando y trabajando.

Todo ello nos conduce, además, a intentar emocionar a los espectadores reflejando con el espejo del teatro los conflictos y contradicciones de los seres humanos de hoy y de siempre. Ojalá esta representación llegue a rozar la piel del alma del público, de todos los públicos.

En palabras de Lautaro Perotti

¿Por qué revisitar Casa de muñecas a casi ciento cincuenta años de su estreno? ¿Quizás porque los grandes clásicos nos permitan bucear en nosotros mismos? ¿en nuestros prejuicios y miserias, en la hipocresía e injusticias, en los mandatos sociales, en las crueldades y limitaciones con las que convivimos y nos condicionan en nuestras vidas? ¿Nora enfrenta a su marido, lucha por el rol de la mujer en la sociedad o sencillamente se anima a enfrentarse a sí misma? ¿No es este uno de los roles del teatro, con dolor y valentía afrontar la realidad, o por lo menos a nuestra verdad relativa, y transformarla para poder emprender humildemente el camino de la libertad?

Tal vez Ibsen hoy nos permita justamente hacernos preguntas, y en la búsqueda de respuestas mirarnos al espejo, descubrir quienes somos y cambiar el mundo. O simplemente, como Nora, dar un portazo al pasado, a lo que se quería o esperaba de nosotros y animarnos a ser quienes deseamos ser realmente.

Sinopsis

La obra está ambientada en una sociedad burguesa y sigue la historia de Nora Helmer, una esposa y madre que aparentemente lleva una vida feliz y tranquila con su marido, Torvald Helmer. Sin embargo, a medida que avanza la trama, se revela que Nora ha mantenido un secreto: años atrás, falsificó la firma de su padre para obtener un préstamo que salvó la vida de su marido. Este acto, aunque bienintencionado, la pone en una situación vulnerable, ya que en la sociedad de la época, las mujeres no tenían derechos legales independientes.

El conflicto central de la obra surge cuando Torvald descubre el secreto de Nora y, en lugar de apoyarla, la condena. Este evento es un catalizador para Nora, quien empieza a cuestionar su papel en la familia y en la sociedad. La obra culmina con un momento revolucionario para el teatro de la época: Nora decide abandonar a su marido e hijos para encontrar su propia identidad y libertad, una decisión que desafía las normas sociales de la época.

El final de Casa de muñecas, con la famosa «puerta que se cierra» tras Nora, es uno de los momentos más icónicos en la historia del teatro. La obra provocó un gran debate en su tiempo por su crítica a las convenciones sociales y el papel subordinado de la mujer en el matrimonio, y sigue siendo relevante en discusiones sobre el feminismo y los derechos individuales.

En palabras de Eduardo Galán

Fue la primera obra dramática de Ibsen que causó sensación. Se estrenó el 21 de diciembre de 1879 en el Teatro Real de Copenhague. En la actualidad es quizá su obra más famosa y de lectura obligada en muchas escuelas y universidades. Su publicación generó gran controversia por su fuerte crítica las normas matrimoniales del siglo XIX. Ibsen negó que fuese una obra feminista, pero para muchos críticos supuso la primera obra teatral verdaderamente feminista.

El portazo de Nora 150 años más tarde.

¿Cómo daría Nora su célebre portazo de Casa de muñecas en 2024, ciento cincuenta años después del estreno en Oslo del célebre drama de Ibsen? ¿Por qué volver otra vez al archiconocido portazo de Nora? ¿Por qué en 2023 se revisitó la obra en Broadway, protagonizada por Jessica Chastain? Algo seguirá removiendo nuestras conciencias cuando regresamos al emblemático portazo, que simboliza el nacimiento de la independencia de la mujer frente al dominio del hombre en las relaciones familiares y de pareja. Por supuesto que la sociedad occidental ha cambiado en siglo y medio. Pero tal vez no lo suficiente. Todavía mantenemos roles y estereotipos que impiden el desarrollo profesional y personal de la mujer en igualdad de condiciones que el hombre. Hemos imaginado cómo serían la vida y las inquietudes de Nora en 2024, qué le llevaría a abandonar a su familia: una mujer que necesita recuperar el tiempo empleado en cuidar de su marido enfermo y de sus hijos para cuidar de sí misma, estudiando y trabajando.

Todo ello nos conduce, además, a intentar emocionar a los espectadores reflejando con el espejo del teatro los conflictos y contradicciones de los seres humanos de hoy y de siempre. Ojalá esta representación llegue a rozar la piel del alma del público, de todos los públicos.

En palabras de Lautaro Perotti

¿Por qué revisitar Casa de muñecas a casi ciento cincuenta años de su estreno? ¿Quizás porque los grandes clásicos nos permitan bucear en nosotros mismos? ¿en nuestros prejuicios y miserias, en la hipocresía e injusticias, en los mandatos sociales, en las crueldades y limitaciones con las que convivimos y nos condicionan en nuestras vidas? ¿Nora enfrenta a su marido, lucha por el rol de la mujer en la sociedad o sencillamente se anima a enfrentarse a sí misma? ¿No es este uno de los roles del teatro, con dolor y valentía afrontar la realidad, o por lo menos a nuestra verdad relativa, y transformarla para poder emprender humildemente el camino de la libertad?

Tal vez Ibsen hoy nos permita justamente hacernos preguntas, y en la búsqueda de respuestas mirarnos al espejo, descubrir quienes somos y cambiar el mundo. O simplemente, como Nora, dar un portazo al pasado, a lo que se quería o esperaba de nosotros y animarnos a ser quienes deseamos ser realmente.

Ficha artística
Información práctica
Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, Madrid
Génova, 4, 28001, Salamanca, Madrid
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Salas:
Sala Guirau: 689 personas
Sala Jardiel Poncela: 95 - 175 personas

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