La dramaturga y directora Victoria Szpunberg lleva a escena un texto suyo, El imperativo categórico, una pieza que plantea lo que es éticamente adecuado cuando se vive dentro de un sistema que te ahoga. Una comedia, descarnada a la par que tierna, sobre la precarización de la universidad, la vivienda y la soledad.
Sinopsis
Clara G., una profesora asociada de la facultad de Filosofía, está en crisis. Pasados los cincuenta, se acaba de separar, sin poder conseguir plaza en la universidad y a punto de quedarse sin casa, empieza a sufrir unos ataques extraños. Se desmaya a menudo, siendo unos ruidos persistentes, le invaden pensamientos oscuros, paranoicos.
Clara G. ha formado parte del sistema, pero cada vez está más arrinconada, cada vez está más cerca del margen. Va navegando a la deriva, topando con varios hombres, hasta que su brújula ética se endereza por un hallazgo casual: un cuchillo de cocina fabulosamente afilado. ¿Cuáles deben ser las pautas de su conducta en un entorno cada vez más hostil? ¿Cuáles son las fronteras éticas de un sistema que solo permite sobrevivir a costa de la miseria de los demás?