El viaje (Las crónicas de Peter Sanchidrián Vol. II)

Muchos fuimos los que quedamos deslumbrados con el caramelazo que José Padilla y los Kamikaze nos regalaron con Las crónicas de Peter Sanchidrián, pocas veces he sentido en un teatro una sensación de disfrute semejante, emoción, incertidumbre y un golpe al imaginario de la generación ochentera. ¡Una delicia inesperada! Después vino el anuncio de la llegada de 'El viaje', la segunda parte de lo que finalmente será una trilogía, y confieso que di palmas de alegría.

Bien, ¡pues ya está aquí!, se ha estrenado la segunda parte. Se ha cambiado el ambiente de "fuego de campamento" que daba el Ambigú del Pavón en la primera, por la sala principal, un arma de doble filo porque se apuesta por un "más difícil todavía" ¡Fabuloso el despliegue en la puesta en escena!, pero hemos perdido la cercanía que hacía sentirnos parte de la aventura. No pasa nada, Padilla, ha jugado sus cartas con la misma efervescencia, manteniendo la estructura -No voy a decir más para preservar el espíritu de sorpresa de quienes no vieron la primera parte, los que sí, ya saben de lo que hablo- Pero sí quiero aplaudir al equipo al completo desde el elenco, Laura Galán, Antonia Paso, José Juan Rodríguez, Cristóbal Suárez, Ana Varela y Pepe Viyuela que juegan la baza de convertirse en cartoons de carne y hueso, hilarantes y acertadamente pasadísimos de vueltas; pasando por la estupenda escenografía e iluminación, ¡C.R.I.S.T.I.N.A. ha crecido en tamaño, pero sigue siendo la misma! y la banda sonora, tan importante para poner el acento en los momentos cumbre. Todo ello nos arroja de lleno a un delirio que va doblando su apuesta a cada instante.

Comedia, ciencia ficción, -¿Estamos ante el nacimiento del scifi-cañí teatral?-, histerismo escénico y referencias a cascoporro hacen de esta segunda parte una estupenda heredera, quizá le falta algo del espíritu trepidante de su predecesora, pero como sucede con las secuelas, la oscuridad se apodera del ambiente para preparar el terreno al cierre de la trilogía que, como mandan los cánones frikis, seguro estará lleno de épica.