Felipe V, el rey que nos salió rana

Felipe V, el rey que nos salió rana

Felipe V, el rey que nos salió rana es un monólogo dirigido e interpretado por David Botello.

Sinopsis

¿Por qué Felipe V nos salió rana?

Llegó al trono de España por todo lo alto para hacer Borbón y cuenta nueva. Heredó el trono de CARLOS II, el Hechizado, el último Austria, un engendro genético. Así que Felipe lo tenía fácil. Sus vasallos pusieron en él todas las esperanzas. Y, sin embargo, nos salió rana. Porque estaba como una cabra.

Era melancólico, que era la manera de llamar a la depresión. Era paranoico, y pensaba que lo iban a envenenar a través de la ropa, por lo que decidió no volver a cambiarse de camisa. Inició una cruzada contra la higiene que lo llevó a no tocar el jabón durante años. Las uñas de los pies le crecieron tanto que no podía ni levantarse de la cama. Tenía el horario trastornado, el termostato corporal hecho una pena y las neuronas cada vez más atrofiadas. Tenía alucinaciones, como la de querer montar los caballos de una tapicería.

Lo único que le sacaba de su estado melancólico era su ración diaria de coyunda conyugal. O jugarse el tipo en primera línea de fuego. O escuchar a Farinelli. Pero todas las terapias tenían un efecto secundario, que le volvía más tarumba. Sin ir más lejos, un buen día, se despertó pensando que era una rana. Y se puso a croar y a dar saltitos. Cruá cruá, cantaba le ruá. Con Felipe V, el cuento nos salió al revés. El rey se convirtió en batracio. Por eso es el rey que nos salió rana.

Duración:
Idioma:
Castellano
Edad:
A partir de 12 años
Sinopsis

¿Por qué Felipe V nos salió rana?

Llegó al trono de España por todo lo alto para hacer Borbón y cuenta nueva. Heredó el trono de CARLOS II, el Hechizado, el último Austria, un engendro genético. Así que Felipe lo tenía fácil. Sus vasallos pusieron en él todas las esperanzas. Y, sin embargo, nos salió rana. Porque estaba como una cabra.

Era melancólico, que era la manera de llamar a la depresión. Era paranoico, y pensaba que lo iban a envenenar a través de la ropa, por lo que decidió no volver a cambiarse de camisa. Inició una cruzada contra la higiene que lo llevó a no tocar el jabón durante años. Las uñas de los pies le crecieron tanto que no podía ni levantarse de la cama. Tenía el horario trastornado, el termostato corporal hecho una pena y las neuronas cada vez más atrofiadas. Tenía alucinaciones, como la de querer montar los caballos de una tapicería.

Lo único que le sacaba de su estado melancólico era su ración diaria de coyunda conyugal. O jugarse el tipo en primera línea de fuego. O escuchar a Farinelli. Pero todas las terapias tenían un efecto secundario, que le volvía más tarumba. Sin ir más lejos, un buen día, se despertó pensando que era una rana. Y se puso a croar y a dar saltitos. Cruá cruá, cantaba le ruá. Con Felipe V, el cuento nos salió al revés. El rey se convirtió en batracio. Por eso es el rey que nos salió rana.

Ficha artística
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Opiniones del espectáculo 3
  • Blanca Marin
  • Mari Carmen
  • Raquel Foces Barrios
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