J. Dutor, G. Mont De Palol y Cris Blanco: Lo mínimo

J. Dutor, G. Mont De Palol y Cris Blanco: Lo mínimo

Lo mínimo es una propuesta lúdica que intenta aproximar sus lenguajes y modos escénicos a todos los públicos.

Sinopsis

Los más pequeños, desde el estreno de la pieza lo pequeño, han delirado con el humor absurdo, a veces inconexo, de esta propuesta adulta en la que ellos son bienvenidos, aunque los artistas advierten que han querido invertir y cuestionar el género de danza para público infantil.

Tener en común «el humor, construir ficciones obvias, lo absurdo, la extrañeza, el juego con la realidad y la ficción, sublimar lo cotidiano, lo anodino y lo doméstico, y cuestionar las convenciones teatrales y la idea de lo espectacular» parece una hemorragia de coincidencias muy extrañas. De forma que siguieron los designios y de allí salió Lo mínimo.

Bueno, en realidad, salió lo pequeño, una performance estrenada en La Pedrera de Barcelona en mayo de 2018, que ha sido el preámbulo a Lo mínimo, esta propuesta lúdica que se autodefine como un intento de aproximar sus lenguajes y modos escénicos a todos los públicos, que no es lo mismo que crear un espectáculo para público familiar.

Confiesa la madrileña Cris Blanco que le hubiese encantado ser «astronauta o rock star», pero ya que salió performer y coreógrafa se puede permitir ser todo eso y más. Los títulos de sus propuestas anteriores dan pistas sobre sus fijaciones, algunas siderales: cUADRADO_fLECHA_pERSONA qUE cORRE (2004), TELETRANsPORTATION (2010) o Pelucas en la niebla (2018). Por su parte, el tándem Mont de Dutor, que se mueve entre Barcelona y Ámsterdam, ha desarrollado una línea performativa personal, reflexiva, humorística e incluso política.

Duración:
Idioma:
Castellano
Edad:
No recomendado para menores de 8 años
Sinopsis

Los más pequeños, desde el estreno de la pieza lo pequeño, han delirado con el humor absurdo, a veces inconexo, de esta propuesta adulta en la que ellos son bienvenidos, aunque los artistas advierten que han querido invertir y cuestionar el género de danza para público infantil.

Tener en común «el humor, construir ficciones obvias, lo absurdo, la extrañeza, el juego con la realidad y la ficción, sublimar lo cotidiano, lo anodino y lo doméstico, y cuestionar las convenciones teatrales y la idea de lo espectacular» parece una hemorragia de coincidencias muy extrañas. De forma que siguieron los designios y de allí salió Lo mínimo.

Bueno, en realidad, salió lo pequeño, una performance estrenada en La Pedrera de Barcelona en mayo de 2018, que ha sido el preámbulo a Lo mínimo, esta propuesta lúdica que se autodefine como un intento de aproximar sus lenguajes y modos escénicos a todos los públicos, que no es lo mismo que crear un espectáculo para público familiar.

Confiesa la madrileña Cris Blanco que le hubiese encantado ser «astronauta o rock star», pero ya que salió performer y coreógrafa se puede permitir ser todo eso y más. Los títulos de sus propuestas anteriores dan pistas sobre sus fijaciones, algunas siderales: cUADRADO_fLECHA_pERSONA qUE cORRE (2004), TELETRANsPORTATION (2010) o Pelucas en la niebla (2018). Por su parte, el tándem Mont de Dutor, que se mueve entre Barcelona y Ámsterdam, ha desarrollado una línea performativa personal, reflexiva, humorística e incluso política.

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