Katiuska es una opereta en dos actos con libreto de Emilio González del Castillo y Manuel Martí Alonso estrenada en el Teatro Victoria de Barcelona, el 27 de enero de 1931.

Sinopsis

La trama se desarrolla en la Revolución rusa, presentando a los comunistas y a los partidarios zaristas. Todo ello aliñado con historia de amor. Un comisario del pueblo, Pedro Stakof, se siente dividido entre su amor por Katiuska, de la familia imperial rusa, y sus deberes como bolchevique.

Katiuska es la primera obra para la escena que compuso Pablo Sorozábal, dando así el compositor un giro de la música sinfónica a la lírica. Sus dotes no solo para la orquesta y la melodía, sino también para la escena, lo convirtieron en el centro de la última etapa de la historia de la zarzuela. Destaca la finura de la música desde la primera escena, una orquestación elegante, buenos concertantes, romanzas intensas y variadas, así como una colección de bailables y números cómicos o exóticos propios del género de la opereta.La obra manifiesta un claro interés por una sencilla historia que tiene como trasfondo un episodio de la Historia de Rusia, pero sin entrar en vericuetos complicados. El director de escena, Emilio Sagi, presenta la historia como un ejercicio de evasión del público de la época ante la dura realidad. Su finalidad, hacer una Katiuska «cinematográfica y nostálgica» y «plasmar aquellos años grises» de la Revolución de 1917 encerrados en un gigantesco marco dorado sobre un paisaje en ruinas, logrando con todo ello encuadres de gran plasticidad.

Idioma:
Castellano
Sinopsis

La trama se desarrolla en la Revolución rusa, presentando a los comunistas y a los partidarios zaristas. Todo ello aliñado con historia de amor. Un comisario del pueblo, Pedro Stakof, se siente dividido entre su amor por Katiuska, de la familia imperial rusa, y sus deberes como bolchevique.

Katiuska es la primera obra para la escena que compuso Pablo Sorozábal, dando así el compositor un giro de la música sinfónica a la lírica. Sus dotes no solo para la orquesta y la melodía, sino también para la escena, lo convirtieron en el centro de la última etapa de la historia de la zarzuela. Destaca la finura de la música desde la primera escena, una orquestación elegante, buenos concertantes, romanzas intensas y variadas, así como una colección de bailables y números cómicos o exóticos propios del género de la opereta.La obra manifiesta un claro interés por una sencilla historia que tiene como trasfondo un episodio de la Historia de Rusia, pero sin entrar en vericuetos complicados. El director de escena, Emilio Sagi, presenta la historia como un ejercicio de evasión del público de la época ante la dura realidad. Su finalidad, hacer una Katiuska «cinematográfica y nostálgica» y «plasmar aquellos años grises» de la Revolución de 1917 encerrados en un gigantesco marco dorado sobre un paisaje en ruinas, logrando con todo ello encuadres de gran plasticidad.

Ficha artística
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