Morphine (Nana para Emmy Hennings) es el nuevo espectáculo de Luz Arcas y La Phármaco. Una sesión de espiritismo, una invocación. La lectura de Emmy Hennings (poeta, novelista, bailarina, mendiga, morfinómana, prostituta, presa y mística cristiana) ha sido fundamental para encarnar una poética que se mueve entre la oración y el sacrilegio, la devoción y la iconoclastia, la revelación mística y la adicción.
El espectáculo es una colisión a tres cuerpos. El cante atávico de Inés Bacán, cantaora de leyenda y gitana de Lebrija; el espacio sonoro diseñado por Xabier Erkizia, que juega parcialmente en directo con la voz de Inés Bacán y los elementos en escena (la mesa, las cadenas, incensarios, etc.); el cuerpo contundente, abierto y cerrado de Luz Arcas, que se deja poseer por voces y sonidos.
Sinopsis
En la obra conviven elementos rituales de Andalucía (incensarios de Loja, campanilleros de Archidona), con el flamenco de Lebrija (el cante de Inés Bacán) referencias de la cultura religiosa popular mediterránea (Santa Águeda, patrona de Catania y Sicilia), con elementos de mi biografía y memoria familiar (la mesa en la que mi bisabuelo hacía espiritismo para comunicarse con su mujer muerta) y mi necesidad de habitar el espacio-tiempo de una manera más libre, un acto de resistencia a lo que llamamos realidad.
En el baile, desarrollo el concepto coreográfico que llevo trabajando los dos últimos años, y que llamo Cuerpo último: energías fuera de sí, que extraigo de los textos de la espirita histórica Agustina González y me conduce por las dinámicas del trance y animismo en la cultura cristiana marginal, doméstica y anarquista.
Esta nueva pieza está llena de interrogaciones, de palabras mudas que hablan. No se asevera nada, no se representa, simplemente se bucea en un mundo en el que los muertos no están muertos. La inteligencia corporal de Luz Arcas se manifiesta ahí. No habla. No dice nada. Sencillamente hace. Todo es presencia.



