España, capital europea de la prostitución. Cinco millones de euros recaudados al día. 3,35% del Producto Interior Bruto. 300.000 son víctimas de la trata de personas. El 70% sufre violencia machista.
Un teatro entregado, escucha activa. Aquí, como en
Las canciones (Pablo Messiez) se escucha. Y se hace con el alma. La brillante dramaturgia de Andrés Lima y Albert Boronat,
textos desgarradores que ¿nos acercan? la terrible realidad de la prostitución, la trata, la violencia sexual y también el dolor, la ternura, el miedo… La experiencia de la prostitución, un documento, una exploración. Una propuesta prodigiosa que parte de los testimonios de mujeres como Ana María, Isabela, Alicia, Lucía o Alexia donde se palpa la angustia e incomoda (especialmente a los hombres que, apagadas las luces, fueron los primeros en ponerse en pie). Y también del discurso de dos exprostitutas y activistas de discurso opuesto, como son Virginie Despentes y Amelia Tinagus. Un montaje-protesta valiente contra la sociedad: legalización, estigma, prejuicios. ¿La única vía? La abolición.
Silencio. Carmen Machi, interpretándose a sí misma, entrevista a Ana María (estupenda Nathalie Poza). Es prostituta y tiene dos hijos. Lucía (Carolina Yuste) se fue a Barcelona por una beca Séneca a estudiar Derecho Laboral. Primero, camarera. Después, azafata de aspiradoras. Y «no le daba ni pa pipas». Entonces, comienza un desfile de mujeres que se metieron a putas. Con sus razones, claro. Libertad de elección y moral, prejuicios culturalesreligiosos, intereses económicospolíticos.
Se acabó el debate. ¿Te cuesta respirar? Es la fuerza de la verdad.
Tres actrices comprometidas se dejan la piel en un escenario acompañado de la música (en directo) de Laia Vallés. En su intento de humanizar a las mujeres a las que interpreta a través de sus respectivos acentos, Machi se hace con la comedia en un monólogo dramático y acaba pareciendo más una burla que una reivindicación. En su lugar, Yuste se hace con todas las miradas.
Te deja clavado en la butaca: magnética, enérgica e imparable. Ahora no hay vuelta atrás, estás abducido.
Maravillosas actrices tratando un tema muy duro. Muy recomendable!
El enfoque del tema me gustó muchísimo. No hay recetas ideológicas pero hay mucha verdad y respeto a las personas que viven tantos dramas, uno de ellos que aparece aquí y allá, la violación y la violencia. Yo, como espectadora, reía, lloraba y pensaba alli, en el teatro; y después me van apareciendo escenas que me dan mucho que pensar. Sobre todo, me quedó el sentimiento de respeto hacia las personas que viven sin poder decir lo que son y lo que hacen abiertamente…y menos cobrar con IVA!
Mi enorme gratitud a todo el equipo y a esas maravillosas actrices que lo dan todo. ¡Gracias!
Delia
Esta obra la vi el año pasado en el teatro español, es un tema que se toca muy poco en los espectáculos, a mi me gusto todo, pero las actrices lo que mas, y sobre todo Carmen Machi, pues me saco a interactuar con ella y me pareció soberbia, lo pase genial, llore rey, y sobre todo desde entonces me enseño que no es tan fácil ejercer el oficio mas antiguo del mundo