Romeo & Juliet

Ultramarinos de Lucas celebra sus 25 años en la Sala Cuarta Pared explorando los grandes clásicos shakespearianos y, en este caso, la historia de amor por excelencia; Romeo y Julieta.

Jorge Padín encarna a la pluma del propio Shakespeare, adaptando su voz, mediante impresionantes cambios de registro, a las distintas pasiones de sus personajes. El espacio sonoro generado en torno a la declamación de Padín mana del verso blanco, redactado por el dramaturgo inglés en pentámetros yámbicos, que emulan los latidos de los famosos enamorados.

Las diferentes formas poéticas contenidas en la obra - tales como los sonetos, la rapsodia o el epitalamio - se reflejan perfectamente en la interpretación realizada por Padín, acompañado de un inteligente juego de vestuario que se resume en el empleo magistral de este de sus manos y brazos, casi siempre entrelazados entre sí, alcanzando momentos de gran belleza en su interacción con el espacio teatral.

Por lo que se refiere al lenguaje, incluso en ello se respeta a Shakespeare, puesto que el texto entrecruza la palabra hablada en castellano con algunos versos declamados en un perfecto inglés antiguo, que aportan una frescura inaudita a la historia de los enamorados.

Todo el equipo de Ultramarinos de Lucas imprime una especial teatralidad al texto de Shakespeare y, en concreto, dota de valor a los silencios entre diálogos que el dramaturgo también imaginó.

 

He de reconocer que asistí al estreno de esta obra porque nunca había visto Romeo y Julieta. Leí la obra cuando era adolescente y me apetecía mucho ver un clásico. Después de tener las entradas me fijé que había un único intérprete. Un atisbo de duda me recorrió la espalda. Nunca me he alegrado tanto de equivocarme estrepitosamente en prejuzgar algo.

Tuve el honor de asistir al estreno de un obrón (¿es ése el término equivalente en teatro a “peliculón” en el cine?). La compañía ULTRAMARINOS DE LUCAS nos trae una versión de Romeo y Julieta adaptada a un solo intérprete que se encarga magistralmente de poner voz y cuerpo a todos los personajes de la obra. Naturalmente, no es la obra completa ni aparecen todos los personajes, pero la adaptación mantiene la esencia del argumento.

Jorge Padín, como si acaba de llegar directamente del Royal Albert Hall de Londres, es el actor que da vida al texto. Le acompaña en escena una escueta escenografía y un minimalista vestuario que acentúan la actuación de Padín. Muy acertados, en mi humilde opinión. Una perfecta combinación de buenos trabajos que resultan en una pieza que espero dé mucho de qué hablar. Los minutos de aplausos que ni siquiera esperaron a que las luces terminaran de apagarse así lo presagian.

Lo mejor: todo en general pero la noche de bodas es poéticamente maravillosa.

Lo peor: su corta programación en La Cuarta Pared. Sólo tres sábados. Dense prisa que sólo quedan dos.