Von Lustig es la historia del mayor estafador del siglo, el hombre que vendió la Torre Eiffel.
Sinopsis
Primavera de 1925. En una suite del elegante hotel Crillon de París se cierra la mayor estafa conocida del siglo XX. ¡Un hombre es capaz de vender la torre Eiffel! El 11 de marzo de 1947, ese mismo hombre muere por una neumonía hipostática en el centro médico para prisioneros federales del condado de Greene, Misuri, Estados Unidos. Ha sido trasladado allí desde su celda en la prisión de máxima seguridad de Alcatraz. El oficial de turno, al llegar el momento de rellenar el certificado de defunción, en el apartado de ‘ocupación’, lo define para la posteridad -en una especie de cómica ironía- como: ‘aprendiz de vendedor’.
Su nombre es Víctor Lustig. Su alias más conocido, el conde Von Lustig: ¡el mayor estafador del siglo!
Kikí, una meretriz ingeniosa, estafadora e iniciadora de Víctor en toda clase de artes desde su llegada a París siendo un pipiolo, nos da la bienvenida a la función y nos presenta al conde para, entre los dos, desgranar las andanzas más audaces que sumieron a Víctor en un carrusel vital tan increíble como cierto… O tal vez no.
Asistiremos a los despertares de Víctor (a la vida, al dinero, a las mujeres, a la fascinación por el timo y la huida constante…); a su encuentro mesiánico con su primer maestro, Nicky Arnstein; a su preparación y estudio para la impostura; a su encuentro con Al Capone; a sus grandes estafas.
Y todo ello contado, como una especie de embudo vital, para desembocar en el gran golpe que le haría pasar a la posteridad. París. Víctor lee un periódico. Una noticia despierta su curiosidad. ¡Eureka! Lustig ha visto la oportunidad, sólo le queda diseñar bien el anzuelo: elegir correctamente la víctima, el engaño y el momento.
Primavera de 1925. En una suite del elegante hotel Crillon de París se cierra la mayor estafa conocida del siglo XX. ¡Un hombre es capaz de vender la torre Eiffel! El 11 de marzo de 1947, ese mismo hombre muere por una neumonía hipostática en el centro médico para prisioneros federales del condado de Greene, Misuri, Estados Unidos. Ha sido trasladado allí desde su celda en la prisión de máxima seguridad de Alcatraz. El oficial de turno, al llegar el momento de rellenar el certificado de defunción, en el apartado de ‘ocupación’, lo define para la posteridad -en una especie de cómica ironía- como: ‘aprendiz de vendedor’.
Su nombre es Víctor Lustig. Su alias más conocido, el conde Von Lustig: ¡el mayor estafador del siglo!
Kikí, una meretriz ingeniosa, estafadora e iniciadora de Víctor en toda clase de artes desde su llegada a París siendo un pipiolo, nos da la bienvenida a la función y nos presenta al conde para, entre los dos, desgranar las andanzas más audaces que sumieron a Víctor en un carrusel vital tan increíble como cierto… O tal vez no.
Asistiremos a los despertares de Víctor (a la vida, al dinero, a las mujeres, a la fascinación por el timo y la huida constante…); a su encuentro mesiánico con su primer maestro, Nicky Arnstein; a su preparación y estudio para la impostura; a su encuentro con Al Capone; a sus grandes estafas.
Y todo ello contado, como una especie de embudo vital, para desembocar en el gran golpe que le haría pasar a la posteridad. París. Víctor lee un periódico. Una noticia despierta su curiosidad. ¡Eureka! Lustig ha visto la oportunidad, sólo le queda diseñar bien el anzuelo: elegir correctamente la víctima, el engaño y el momento.
- Compañía:
- Dirección:
- Dramaturgia:
Alfonso Mendiguchía - Escenografía:
Natalia Hernández
Víctor Mones - Iluminación:
Víctor Mones
Suh-Güein - Sonido:
David Bueno - Vestuario:
Reme Gómez - Coreografía:
Ricardo Santana - Música original:
David Bueno - Diseño gráfico:
Manolo Pavón - Vídeo:
Javier Díez - Producción:
Los Absurdos Teatro