Un monólogo en verso, que no os tiene que asustar

A fuego

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A fuego → Teatro de la Abadía
07/04/2025 - Teatro de la Abadía

Si quedé maravillado la primera vez que vi A fuego, ahora vuelvo a salir maravillado de nuevo. Es una obra cercana y que gana mucho cada vez que la vuelves a ver. Este espectáculo es de Pablo Macho Otero y Emma Arquillué es la codirectora del espectáculo y cofundadora de la compañía La Bella Otero. Al finalizar la función pudimos compartir unas palabras con Pablo Macho que nos explicó cómo fue todo el proceso.

Pablo ya nos comentó que él tiene muchos versos en la cabeza, y el nuevo espectáculo que ha creado también está en verso. Para él seguir el hilo en esta obra le es más fácil a ser la mente del autor que ha hecho y dicho tal y como él ha hecho.

Juega mucho con el lenguaje y el doble sentido. Es teatro en verso, pero desde una idea muy diferente de lo que podemos creer en un primer momento. Tal y como nos comentó Pablo Macho en la posfunción, ya de pequeño una maestra les hacía aprender la geometría a través de un cuento de abejas. Jugaba con las palabras y eso puede verse en esta obra.

En esta pieza teatral, llena de sátira, juegos de palabras y metateatralidad, se explora la fascinación del protagonista por la figura de Eróstrato, un pastor de la Antigua Grecia que incendió el templo de Ártemis de Éfeso, una de las siete maravillas del mundo antiguo.

La obra nos sumerge en un viaje emocionante y provocativo, explorando temas como la ambición, la obsesión y el deseo de trascendencia a cualquier precio. Una propuesta teatral que desafía al público a reflexionar sobre las motivaciones que hay detrás de nuestros actos más extremos y la búsqueda de la inmortalidad a través de la infamia.

Pablo Macho Otero nos explica al principio su teoría de que el actor son tres: quien es fuera de escena (Pablo como persona de la calle), quien ensaya (Pablo que memoriza su personaje, se aprende el texto de la obra y al final representa la función) y el personaje que representa en cada momento que vemos la representación.

Con esta premisa nos encontramos totalmente con un monólogo que nos acerca al actor y al personaje, rompiendo en muchos momentos la cuarta pared y dejando que el espectador sea parte de la función.

Un monólogo en verso magnífico que atrae de principio a fin de la obra. ¿Parece mentira que una obra en verso hoy atraiga al público? Pues sí, te olvidas de que está recitando y como dice, la rima no aburre y el verso no está muerto. Como dice un anuncio que podemos ver actualmente y que la obra lo confirma: por ser algo viejo, no deja de ser moderno.

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