Una comedia que no solo entretiene, sino que muestra cómo somos y actuamos en el trabajo.
La propia escenografía de la obra hace que formes parte de la oficina como un personaje más, envolviéndote la historia y atrapándote también a ti.
Son 4 personajes, todos diferentes y en ocasiones antagónicos, pero la obra va mostrando como en realidad se parecen mucho, luchando por cumplir con su cometido laboral, ser felices personal y profesionalmente con lo que tienen o sino buscar cómo conseguir lo que sueñan y anhelan.
Entre los personajes, una divertidísima Pilar, Responsable de Recursos Humanos, que muestra su cara más profesional y sus conflictos personales por su alta carga de responsabilidad frente a terceros. Papel interpretado por Paula García Lara de una manera muy simpática.
Sam Gómez en su papel de Sebastián, CEO de la compañía, interpretando los estereotipos que todas tenemos de las personas que ocupan esos puestos.
La sufrida telefonista/recepcionista es interpretada por Noelia Marló. Sabía que actuaba fenomenal, pero me sorprendió muchísimo lo bien que canta, y las pinceladas dramáticas que tiene su personaje son interpretadas con gran sensibilidad.
Joselu López, en su papel de Quique “chico de los recados” muestra un personaje que en las empresas pasa más desapercibido y, sin embargo, puede ser la persona que más empatiza, escucha y une equipos. Quizá hasta el empleado más sabio, feliz y profundo de toda una compañía. Alguien que tiene lo que necesita y no tiene que demostrar nada a nadie porque ya es feliz con lo que tiene y es.
La música que acompaña toda la obra buenísima, para todos los que vivimos los 80 con la radio puesta a todas horas.