Carmela y Paulino, talento genuino

¡Ay, Carmela! es un regalo envuelto en una sencillez y una inocencia tan delicadas como son necesarias para hablar de algo tan complicado y lleno de heridas todavía. El texto de Sanchis Sinisterra se enmarca en un teatro, en un escenario donde todo puede ocurrir: apariciones, amor, enfado, duda y, sobre todo, el poder sanar una parte importante de nuestra historia, en concreto, la guerra civil española. Como siempre, el autor es un gran conocedor del aparato escénico, sabe sacar el mayor partido posible a través de las palabras. Paula Iwasaki y Guillermo Serrano toman el testigo y crean magia con esas palabras, las llenan de vida, dotan de humanidad y contradicciones a Paulino y Carmela que viven un momento muy extraño en sus vidas atravesados por la política e intentando sobre vivir como artistas. La puesta en escena se basa en el propio escenario, una gramola, banderas y un espacio sonoro que nos transporta a Belchite en 1937. La interpretación de Paula y Guillermo es un placer, hacen que el oficio parezca sencillo y logran sacar una sonrisa al público en los momentos más difíciles. ¡Ay, Carmela! es un texto que debería ser representado siempre para no olvidar, «para recordarlo todo» – como dice su protagonista- y ojalá siempre por estos dos grandes actores.