La resurrección de Pina Bausch

Llegamos el último domingo de representación, de nuevo con un palco de butacas repleto, en un estreno mundial tan esperado como fue la Consagración de la Primavera de la perdida y magnífica, Pina Bausch. En unos cuerpos que se potencian en su andar individual o se disuelven en la masa de un conjunto etéreo, que parecía disolverse en las tablas de la Sala Roja de los Teatros del Canal, el espíritu de la bailarina alemana regresó por uno, por varios, momentos. Recordándonos el arte de la danza en estado máxime de perfección, acunándonos con la composición de Stravinsky. Con casi 40 bailarines de 14 países africanos moviéndose al son del viento, esta composición conjunta de Pina Bausch Foundation (Alemania), École des Sables (Senegal) y Sadler’s Wells (Reino Unido) deja a un público tras de sí eufórico y arrimando el aplauso para expresar lo que, por qué no, es el don de la perfección. La magia del cuerpo, de la danza, del movimiento. Perseguid el estreno por su calendario de representaciones europeo, valdrá la pena.