‘Frank Sinatra, con un vaso de bourbon en una mano y un pitillo en la otra, estaba de pie, en un ángulo oscuro del bar, entre dos rubias atractivas aunque algo pasaditas, sentadas y esperando a que dijera algo’. Así empieza el gran reportaje que escribió el periodista Gay Talese sobre el artista. Y este primer párrafo es un tinte de la propuesta del teatro Alfil para sumergirnos en el mundo de Sinatra. Sin escalas.
Al ritmo de sus temas icónicos, un pianista que acompaña como una seda a los intérpretes, y claro, cócteles de diseño que se ajustan al evento. Un viaje directo a Nueva York. Así como la gente que rodeaba a Sinatra no podía prever su reacción (porque él era un hombre totalmente imprevisible, que actuaba de inmediato y por instinto, casi de golpe), el espectáculo refleja un poco la actitud que ha tenido el artista en su vida.
Porque cuando menos te lo esperas, los dos grandes intérpretes Susan Martín y Gonzalo Alcaín (vaya voces tienen, además de una brutal conexión), acompañados por el pianista Gemán Kucich sorprenden con giros que renuevan la atención del público. Una cita sobre el escenario madrileño para desconectar a través de la música.