Imagina por un momento que el creador del Circo del Sol y Tim Burton organizaran una orgía, y de ahí salieran unos cuantos hijos talentosísimos pero oscurísimos; así es como me gusta imaginar que nació el Circo de los Horrores de Suso Silva.
Los números son espectaculares, de los que te hacen saltar en el asiento y estar con la boca abierta y sin quitar la vista del escenario, pero todo envuelto en esa atmósfera oscura, canalla y gamberra del genial Suso. Un clown venido a muuuucho más, un maestro de ceremonias que se hace con el público desde el minuto uno y que, de forma muy muy muy políticamente incorrecta hace repaso a todos sus espectáculos acompañado de sus fieles partenaires para despedirse de los escenarios (esta vez parece que de forma definitiva) por todo lo alto y como sólo él sabe hacer.
Me encantó todo, lo disfruté muchísimo y lo único que no me gustó es darme cuenta de que me he perdido los anteriores. No se pierdan el preshow, imprescindible para irte metiendo en el show y mantenerte alerta (en cualquier momento puedes ser «atacado»).
El lenguaje utilizado y las bromas son, por decirlo suavemente «duritos», por lo que a pesar de que sólo se prohíbe la entrada a menores de 6 años, la recomendación de la productora es que sean mayores de 16, ojo, Suso no tiene piedad, así que absténganse aquellos de «moral delicada», ofendiditos y recatados, abran la mente y déjense llevar. No lo olvidarán. Los calvos sobre todo.