Cuando un test de embarazo entra en tu vida, cientos de preguntas pasan por tu cabeza, y más si ya has entrado de largo en la cuarentena: ¿Qué pasa si sale positivo? ¿Seré buen padre? ¿Buena madre? ¿No soy ya mayor para esto? ¿Sabré educar a la criatura sin dejarle secuelas psicológicas que la transformen en un asesino en serie? Vamos, lo normal.
A un test de embarazo es a lo que se enfrentan los dos protagonistas de esta obra (escrita por Pablo Mir) que nos cuenta en clave de humor los cinco minutos que tienen que esperar para saber si el test es positivo. La pareja, protagonizada por Melani Olivares (Aida, La Embajada) y Carlos Chamarro (Camera Café, Gim Tonic), nos representa en una serie de escenas las distintas consecuencias que conlleva el ser padres: a lo que hay que renunciar, los nuevos miedos a los que hay que enfrentarse, lo que hay que dejar en un segundo plano.
Ambos intérpretes están soberbios en sus papeles. Está claro que saben manejar el ritmo de la comedia y llevar el argumento de forma que vaya creciendo cada vez más.
Lo mejor: memorable la escena esotérica.
Lo peor: la gran cantidad de gente que, cada vez más, va al teatro pensando que está en el salón de su casa y se dedica a recibir llamadas de teléfono, jugar con el programa de mano, roer colines… (palabrita que no miento ni exagero).
Lo pésimo: Lola Baldrich tres butacas más allá escribiendo whatsapps…