Fernando Ramirez Baeza escribe esta obra con ánimo de alertarnos sobre la desaparición de la privacidad por culpa de las redes sociales y la tecnología mas agresiva.
A su vez, Faraday es un espectáculo con una espectacular factura tecnológica, en el que, irónicamente, sus actores quedan eclipsados por la misma. Paco Maciá dirige con mayor o menor acierto a estos actores en una historia que sorprende ver en vivo en un teatro y no en la televisión un sábado después de comer. De trama compleja y forzadamente intensa, no me consiguió atrapar, pero probablemente haya espectadores a los que les guste una historia así.
Estoy seguro de que habrá espectadores que sepan apreciar mejor que yo esta obra y que pasen por alto (mejor que yo) el trabajo de alguna de las actrices.
Es curioso como, al final, hacen algo partícipe al público, creando la sensación de estar mas metidos en la historia de lo que cabía pensar en un principio.
En definitiva, Faraday es una historia diferente y de trama poco habitual en los teatros, que se sirve de unos medios tecnológicos fantásticos (poco vistos en teatro tambien) a cargo de Bamstudio.