Goteras. Cuando tu futuro vive en el piso de arriba

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Goteras → Teatro Bellas Artes
10/07/2025 - Teatro Bellas Artes

Nunca había sentido una sensación al ver una obra de teatro como la que sentí la otra tarde sentado, hundido por momentos, en mi butaca. Y eso que con el cartel de Back to the future de decorado ya me tenían ganado. Creí que era sólo un guiño ochentero. Pero no se trataba simplemente de una presencia anecdótica, casi era el hilo conductor de una trama que juega con la teoría del «efecto mariposa». Si me sentí hundido por momentos no fue porque no me encantara la obra, que lo hizo, sino porque me vi reflejado, tal vez demasiado, y eso duele bastante, cuando sabes que lo que te dicen es cierto. Supongo que es algo que le pasaría a la mayoría de los espectadores, el gran mal de la sociedad del bienestar, tener las necesidades básicas cubiertas nos da la opción de tener expectativas. No quiero hacer spoilers, pero lo de la versión del charcutero del Atleti, joder, ni hecho aposta.

Una puesta en escena brillante, original, fácil de comprender, evitando caer en el embrollo argumental y escénico al que a veces dan lugar los viajes en el tiempo. Sheldon Cooper estaría orgulloso. Los actores perfectos, por momentos divertidos, en ocasiones tragicómicos, cuando era necesario, patéticos. Reflejaron de manera impecable la angustia que surge del saber, en este caso fehacientemente, que lo que hagas en el presente, va a determinar tu futuro. La actriz, escandalosa, ni por un momento imaginé cual iba a ser el desenlace de su breve pero intensa historia. Tiene mucho mérito, entre mis amigos tengo fama de destripa finales, será que soy un guionista frustrado, y un poco gilipollas, como el protagonista.

«La vida se me ha escapado». Una frase que puede resumir perfectamente lo que el autor pretende, o tal vez no, plasmar como idea principal en su obra. Sin caer en moralinas ni pretender imponer al espectador cual es la elección correcta, logra hacernos, entre risas al menos, eso hay que agradecérselo, caer en una especie de depresión existencial sobre el sentido de nuestras vidas. Quien más quien menos, todos hemos pensado en ello, pero, ¿y si conociendo nuestro futuro pudiéramos cambiarlo con una simple elección diferente en el presente? ¿De verdad tendríamos el valor de hacerlo? No le encuentro moraleja a la historia, eso es lo que más me gusta. Tal vez que ninguna vida nos va a parecer nunca perfecta, siempre encontraremos un motivo para quejarnos y desear otra. Creo que ese es el gran acierto de la obra, hacernos reflexionar sin intentar adoctrinarnos. Una idea expresada de forma certera por unos actores que logran involucrarnos en sus tribulaciones vitales entre carcajada y carcajada. Me alegro de haberla visto, aunque me haya dejado un poco tocado. A lo mejor, de eso es de lo que trata el teatro.

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