Mariona Tena y Pablo Castañón son los protagonistas de Helsinki que, con dramaturgia de David Barreiro y dirección de Olaya Pazos, es una obra de teatro intimista.
Nos narra la vida de Marcos y Ana a lo largo de los años en una ciudad que puede ser un gran comienzo para ambos, pero sobre la que el espectador descubrirá lentamente el verdadero significado (tanto de lo que esconde la ciudad como de la metáfora en que esta misma se convierte). En esta obra se nos muestra la cara oculta de irte de tu propio país para tener un futuro y perderte en el camino.
Helsinki está llena de silencios que pesan, de conversaciones y discusiones banales que escondidas llevan implícitas muchas palabras que se quedan flotando en el aire.
Otra de las cosas que destacaría de la obra es que al terminar una escena en la que todo queda en el aire se vuelve a retomar en la siguiente escena con mucha naturalidad.
Tanto Mariona como Pablo están espectaculares y sus actuaciones te dejan helada, sobre todo en las escenas en las que las palabras salen atropelladamente.
Sabes lo que va a ocurrir, o lo crees, y aún así te quedas absorta, hipnotizada y te llegas a sorprender, puesto que hay pequeños giros que terminan siendo inesperados.
Helsinki es ese refugio que todos deseamos tener, esos deseos y anhelos que soñamos conseguir…
Me ha gustado la escenografía tan sencilla, pero tan elegante y el juego de luces que es capaz de transportarnos a ese momento del día.
Me ha gustado conocer lo que la palabra Helsinki significa y esconde. Una obra que va de menos a más para sorprendernos al final.