Entre el peso de la verdad y la ilusión del hecho escénico se mueve la versión de Miguel del Arco y Aitor Tejada, construída a partir de Seis personajes en busca de autor de Pirandello. Un cuadrilátero en el que combaten la ficción vs los hechos.
Cristóbal Suárez y Miriam Montilla comienzan no esta sino otra obra distinta, pero son interrumpidos por unos personajes que quieren contar su drama, al haber sido despojados de esta posibilidad por su propio autor. Su verdad es una y se agarran como un clavo ardiendo a la repetición de su historia para poder liberarse, una vez más, del desconsuelo, los remordimientos, la desesperanza y la violencia que les inocularon en el proceso creativo.
El maremágnum causado por la intrusión de los personajes está latente sobre el escenario y fuera de él, puesto que todos ellos deambulan por los pasillos del Pavón Teatro Kamikaze a lo largo de la obra. La confusión se acrecienta aún más gracias al sonido de Sandra Vicente que envuelve la acción dramática sutilmente.
A pesar del drama que acarrea la intrahistoria de los personajes interpretados por Israel Elejalde, Bárbara Lennie, Manuela Paso y Raúl Prieto, todos ellos desprenden un toque pathétique que deja de lado la tragedia y que, por momentos, hace vibrar el patio de butacas con risas y carcajadas.
La vuelta de la función en la que predomina la palabra y la verdad, en detrimento de la mediocridad a la que tanto nos hemos acostumbrado.