Carmina Burana es sinónimo de vino, amor, orgias y goce desenfrenado, algo a lo que no estaban acostumbrados los monjes que conservaban los poemas en lo que se basa la obra.
Ya sea por expectativas por ver la compañía teatral o porque la obra de Carl Off te haya acompañado durante toda la vida, adentrarte en esta propuesta te va a sorprender.
El espectáculo te atrapa desde que se apagan las luces y una flauta te acompaña hasta el monasterio de Beuern. La compañía rompe la cuarta pared para sorprenderte con unas ingeniosas figuras iluminadas tenuemente que cantan al unísono, en latín medieval y a todo pulmón como si se abrieran las puertas del infierno.
Sobre el escenario, la orquesta Sinfónica de Chamartín y CB Creatives nos adentra en un viaje sensorial en el que la percusión tiene una importancia vital ya que la música creada por Carl Off, autor de la obra, está basada en los latidos del corazón.
La sorpresa y el atrevimiento no tardan en llegar. Como era de esperar, La Fura del Baus no decepciona y, 15 años después de su primer adaptación, se atreve con un espectáculo trasgresor que no dejara indiferente a nadie.
Agua, fragancias, alegorías, guiños circenses, seducción y risas llenan la sala en un espectáculo de cerca de 1:30h de duración sin descanso que merece, sin duda, la pena.
Si la propuesta teatral apunta alto, el elenco lo acompaña de una manera soberbia. Tanto cantantes, como bailarinas llevan a otro nivel el espectáculo.
El final por supuesto es una caída libre hacia el vacío. La Fura Carpe Diem.