Bella, emotiva, profunda

La medida exacta del universo

La medida exacta del universo
06/11/2021

Con esta obra he llorado como una descosida y también he reído, mucho. Y era algo generalizado entre el público, a quien de vez en cuando se le escapaba algún sollozo, sobre todo al final. Pero la pena que te atrapa no es una pena amarga, sino más bien, una pena que te deja con un sabor agridulce: emocionarse porque algo triste es tan bello, que te toca el alma.

Lo que más destacaría de esta obra, sin duda, es el texto y la reflexión que propone. Me parece un escrito muy inteligente, profundo, que va calando en el espectador poco a poco. Además tiene puntos de humor muy buenos que te bambolean de un lado a otro. Si estuviese escrito en algún lado, lo compraría, para poder indagar profundamente y poco a poco en lo que cuenta. Es de esos textos que dicen mucho más de lo que, de primeras, recibes. Trata un tema universal y un conflicto que predomina en todos nosotros que conceptualizaría así: el amor hacia los demás, el amor por quien querías ser y, sobre todo y aunque a veces cueste, el amor por quien eres ahora.

Es el ejemplo perfecto de que, con un buen texto y unos buenos actores, todo lo demás es prescindible. No hace falta atrezzo ni escenografía… En este montaje solo se encuentra en el escenario una placa reflectante, que es una magnífica y muy bien pensada metáfora de lo que ocurre en escena. Además, el espectador no necesita nada: se imagina totalmente en Londres, en Madrid y bajo el cielo estrellado.

Lleno el cupo de aplausos en esta recomendación reflejando el del público: no paraba de aplaudir.

 

 

 

 

 

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