La mujer de negro lleva más de 30 años representándose en Londres; algo tendrá. Aún le falta para llegar a los 70 de La ratonera de Agatha Christie pero que nadie lo descarte.
Comparte que son obras de cierto misterio, más centrada La mujer... en el miedo, terror incluso, relacionada con espectros y apariciones, maldiciones y fantasmas. Una obra de estructura compleja, lejos del susto fácil y la dramaturgia simple y enmarcada en una obra de teatro dentro de otra, que siempre tiene su encanto.
El protagonista cree (no sabemos el por qué, lo único que no queda bien explicado) que compartiendo una historia que le atormenta desde hace años, se librará de ella. Acude a un actor para que le ayude en la oratoria y la exposición y en un interesante juego teatral, cambios de personaje y una pléyade de secundarios que también interpretan ellos, reviven, y nos hacen testigos y casi víctimas, de aquellas lejanas noches tenebrosas….de la que no explicaremos más por no destripar la historia, que merece ser conocida de primera mano.
Excelentes Jesús Cabrero y Javier Orán, con interpretaciones contenidas pese a que podrían dejarse llevar por momentos por lo estruendoso, con diversos registros, matices y excelente vocalización.
Ayuda a adentrarnos en esta historia casi gótica una puesta en escena oscura, luces y sombras, alguna pizca de humor, como es lógico, para relajarnos y que nos afecte más la próxima impresión. Vestuario muy acertado, escenografía de época y elegante y la iluminación que es otro personaje. Todo ello logra una ambientación de película clásica, lejos de efectos especiales y donde la imaginación es elemento imprescindible. Y es que da más miedo lo que se intuye que lo que se muestra.
Lo mejor: la ambientación conseguida.
Lo menos bueno: el inicio es algo lento y repetitivo. Y hoy en día, es difícil que nada nos asuste. Saturados estamos de imágenes explícitas.
En resumen: una historia de miedo, menos facilón de lo que había leído, de las de explicar cerca de una chimenea una noche de lluvia, que cumple su cometido.