Es curioso como una sala de teatro, un espacio ajeno a ti, te puede absorber y transportar a la escena para que formes parte de ella. Esto es lo que hacen este trío de ases en «Las cosas que faltan» con una intensidad dramática desbordante. Claro que el tema es peliagudo, que genera mucha controversia, y sobre el cual podrás estar hablando un rato largo después de salir de Nave 73, pero es que ellos lo bordan!
El autor, José Pascual Abellán, vuelve a Madrid con «Las cosas que faltan» una historia sobre la vida, donde una pareja homosexual, Jaime (Alberto Novillo) y Martín (Hugo Alejo), toman la decisión de ser padres mediante la gestación subrogada. Los futuros padres, dos personas con serios problemas para decidir cuál es el mejor camino para hacerlo, y cuáles son las verdaderas necesidades del otro. Y como madre gestante elegida para cumplir este sueño, Laura (Lucía Esteso), una mujer con necesidades económicas que está dispuesta a alquilar su vientre para salir adelante.
¿Hasta dónde puedo llegar para cumplir un sueño?; ¿debo seguir ciegamente los deseos de mi pareja para ser felices los dos, o sólo uno?; ¿qué consecuencias puede tener el ceder mi cuerpo, cómo me va a afectar después?. «A todos los seres humanos nos falta siempre algo para ser completamente felices»
Chos («La guerra de los sexos»), vuelve a dar el Do de pecho en la dirección actoral dentro una situación límite que se desarrolla en un escenario simple pero original, donde los actores se van a mover en el interior de una casa que desprende olores y ruidos de hogar que te implican aún más en la intensidad de esta historia.