Cuando empecé a ver las primeras imágenes promocionales de este musical me pareció muy osado por parte de la productora intentar resumir las más de mil páginas de Los pilares de la tierra en un formato de obra de teatro y encima musical. Sin embargo, tengo que decir que me sorprendió mucho cómo han conseguido plasmar el espíritu de la novela y de sus personajes, recreando además el pueblo de Kingsbridge de una manera muy integradora.
Todo el teatro se ha cubierto de madera y efectos de luces para que desde el primer momento que se accede al patio de butacas y no sólo al mirar al escenario, el espectador se sienta envuelto en el ambiente y la escena; algún otro efecto (no haré spoiler) ayudan a mejorar esa experiencia inmersiva.
Buenísimo el trabajo de todo el elenco para que volvamos a evocar el espíritu de esos personajes que imaginamos al leer la novela (hace ya unos cuantos años). Si tengo que elegir, me quedo con las voces de Noelia Cano (Reina Matilde) y Noemí Mazón (Ellen), me parecieron maravillosas y me dieron un respiro con respecto a algunas voces «demasiado» líricas para mi gusto personal.
¿Qué cambiaría?:
– El volumen de los micros de algunos actores, en algunas escenas, sobre todo de la primera parte, quedaban casi muteadas por la música.
– El texto excesivamente rápido en algunas canciones, no se entendía y hacía que perdiéramos información.
– Las pelucas y barbas poco naturales en alguno de los actores, restaba credibilidad al personaje.
Puliendo estos detalles, es una gran producción, con unos intérpretes y un equipo lleno de talento y puede mantenerse muchas temporadas en nuestro Broadway castizo de la Gran Vía.