Nombrar para existir

Los precursores

Los precursores
01/04/2023 - Teatro Corral de Comedias – Alcalá de Henares (Madrid)

Sara, Rodri y Gabi son tres niños puestos a salvo del fin del mundo por sus respectivas familias.

A salvo en medio de un bosque y con un mandato, con una orden precisa: “Tenéis que contarlo todo”.

Y los niños pasan los años contándose una historia cada día. Cada día se levantan a la misma señal aprendida, se desperezan de manera casi ritual, se abrazan de manera ritual, beben agua de manera ritual, y recrean la memoria de una de sus pelis favoritas ( o más bien modelan y modifican juntos un recuerdo consensuado de las mismas, como hacemos todos con nuestros recuerdos)

Todo se lo cuentan para retener la palabra y así no perder las historias que frenan el olvido del mundo que acabó, conscientes de que las palabra es la materia prima de la propia memoria y de que el olvido es un monstruo voraz. Con sus relato sobreviven los personajes que los habitan y cada día cumplen el mandato ritual de contar a tres voces una historia de personajes del mundo antiguo, personajes previos al fin de los días, ordenado por un dios que asumen, no cuestionan, y ni siquiera perciben. No se cuestionan el mandato, no se cuestionan las órdenes, la inmovilidad, asumen su destino y su ritual… hasta que lo ponen en duda, primero Sara, luego Gabi…

Y entonces empiezan a contarse su propia historia en presente. Entonces empieza a existir su propio mundo y somos testigos de su nacimiento.

En el Corral de Alcalá de Henares estos tres precursores, acampados sobre el escenario y  rodeados de un bosque jugoso, me han llevado con ellos de la mano, me han fascinado viviendo con ellos todo el recorrido de sus personajes, sus dudas, sus enfados, su obediencia y su rebelión. Su amor, su amistad inquebrantable, su destino fatal inseparable.

Y me han revelado muchas capas y muchas posibilidades de una narración polisémica:

En un punto me invitaban  a pensar que no estaban hablando de un futuro distópico, sino del teatro mismo, del actor y el personaje, de la verdad de la representación ( esos personajes ajenos a las continuas invasiones del director como un Deus ex machina y ese espectador que, también entra en el juego y sigue pegado a la ficción con los personajes)

En otro matiz he entendido que no me relataban un apocalipsis, ni una reinvención personal,  sino que, con mucho lirismo, me estaban contando a un individuo, que me narraban la crónica preciosa de la resistencia al deterioro cognitivo de un único personaje. La lucha de un mayor contra la pérdida inexorable de la memoria, la lucha contra la desaparición de la propia biografía en el olvido.

Y he pensado, una vez más, que el teatro que más me gusta es este que me da mil salidas, mil preguntas, mil puertas abiertas y mil significados.

La iluminación es maravillosa ( qué bonita luz dan tres linternas en escena) la dirección, inteligentísima, jugando con el hecho teatral y la fe del espectador como solo lo consiguen algunos grandes, en especial Pablo Messiez, con cuyo teatro percibo una bonita conexión en Los precursores; los intérpretes son un milagro: viven en los personajes, son los personajes…

Ojalá se programe de nuevo en Madrid. Si así fuera os diría que corrieseis a verla, que yo la he disfrutado como un crío, que Sara, Rodri y Gabi os encantarán, que son unos niños divinos que saben sacar historias hasta del manual de una lavadora y la música más deliciosa de una radio sin sintonía. Que habitan un teatro del que más me gusta y que me encantaría poder compartirlo una vez más.

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