Magnífica partitura y grandes voces en una propuesta que no acaba de emocionar

Los puentes de Madison, el musical

Los puentes de Madison, el musical
26/11/2022 - Teatro EDP Gran Vía

Adaptación musical -de poco recorrido en Broadway y Londres- del best seller y premiada película. Tenía entendido que era la historia de un amor total que se sublimaba en la renuncia al mismo. Mi sensación fue más bien la de un adulterio largamente explicado, poco emotivo y con una magnífica partitura. La renuncia no nos encoge el alma, seguramente porque todo parece “sólo” una aventura que llega cuando ya no se espera. La gran decisión sobre la que pivota la obra, la fuerza desbordante del corazón o el cariño sereno y familiar, se resuelve bruscamente sin que nos emocione, quizás porque no llegamos a empatizar del todo con la pareja. No ayuda la ausencia de conflictos, de antagonistas (¿quizás por eso no hay entreacto, ante la falta de un punto álgido que nos mantenga en vilo?).

La música (premio Tomy) es lo mejor de la propuesta. NO de melodías pegadizas pero que en seguida te invaden -Jason Robert Brown  es uno de los llamados sucesores de Sondheim-, suntuosa, compleja, variada, desde el clasicismo italiano al country, folk, pop, capella…

El libreto es liviano, con personajes secundarios que aportan poco y nos interesan menos. Sin embargo, se agradece la apuesta por una historia de personajes movidos por sus sentimientos, que no se asusta de expresarlos y cantarlos a lo grande sin que suene anticuado.

Las interpretaciones del texto no están a la altura de la parte musical. Y aquí uno se atreve a apuntar a la dirección. Por ejemplo, ni la hija puede pasar por 14 años y menos con una interpretación tan infantil, ni a Rauch le favorece el intento de eliminar el acento. Tampoco parece brillante la traducción: ¿Quién dice en un momento íntimo, en una lengua que no es la materna, “El porche nos da solaz”? ¿No suena demasiado inglesas expresiones como “No creo llevar (algo) en la furgoneta”?

Lo mejor: elenco vocalmente sensacional encabezado por Rauch, nos encandila como siempre (aquí uno que fue 2 veces a Londres a verlo actuar y en una le tocó el cover) y Nina, magnífica voz aunque cueste entenderla por momentos.

Lo menos mejor: 2h y30’ seguidas en una obra de ritmo pausado puede hacerse excesiva.

En resumen, una magnífica partitura para un musical que aspira a drama de calidad, en la mejor tradición clásica del género, pero que acaba lastrado por la falta de emoción y un libreto algo flojo. 

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