Un musical bien serio y recomendable

Los puentes de Madison, el musical

Los puentes de Madison, el musical
22/03/2023 - Teatro EDP Gran Vía

Los Puentes de Madison, en el teatro EDP Gran Vía, es una apuesta valiente que se agradece en un panorama dominante de musicales orientados a un público infantil. Este es un musical para adultos.

Basado en Los Puentes de Madison County, el “clásico” reciente que dirigiera en cine Clint Eastwood, protagonizada por él mismo y por la omnipresente y magnífica Meryl Streep, esta versión musical, con libreto de Masha Norman goza de una partitura original, intimista, de Jason Robert Brown, preciosa, sin fuegos de artificio, contenida como la historia de amor que narra, y con algunos dúos que suben las pulsaciones y la emoción. Es un sí absoluto, una agradabilísima sorpresa y un descubrimiento tardío, por mi parte.

No se trata de un musical de hits, de canciones gancho, se trata de una historia musical en que hay una continuidad natural de música y texto, en un pulso emocional y narrativo que mantienen al espectador absolutamente abducido por esta historia melódica de amor y renuncia, de destino y elección, de deseo y contención.

A esta abducción contribuyen decisivamente sus protagonistas. Sus voces son sus mejores defensoras. La popular, veterana y magnífica Nina hace una sensible encarnación del personaje de Francesca, la protagonista de la historia, en su encrucijada personal. El genio de Gerónimo Rauch compone un Robert tierno, decidido, amante, elegante y sensible en su voz irrepetible, de un lirismo arrebatador, esa voz que ya encarnó el mejor Valjean que yo haya escuchado jamás en inglés o español y que en los momentos más emocionantes del personaje de Robert en Los Puentes de Madison te eriza la piel. Marta Valverde, otra veterana eficiente y cómica, encarna a esa vecina indiscreta que cuida de su comunidad para que nada cambie y su propio mundo no se derrumbe. El marido de Francesca, Bob, está encarnado por un Manu Rodríguez de voz poderosa e impecable interpretación.

La escenografía es elegante y eficaz, no apabullante, sin buscar efectismos sino transiciones al servicio de la historia, como esa casa que se va revelando poco a poco, de la fachada al dormitorio, como una muñeca rusa que revela su contenido de a poco, como los personajes y su relación.

La he gozado con ganas. Gozadlo (hasta mediados de abril) en Madrid en cuanto tengáis la oportunidad.

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