Irresistible clásico moderno

Matilda, el musical

26/09/2022

Llega a España Matilda, musical basado en la obra de Roald Dahl que lleva más de una década en el West End, multipremiado, famoso, en parte, por llevar el peso de la obra una niña; varias, de hecho, se alternan el papel protagonista -hasta 7 aquí-, y la famosa foto en que las 4 iniciales recogían el Olivier a mejor protagonista de musical.

Una obra familiar que no infantil, más adulta de lo que parece y que apetece repetir. Con momentos oscuros y crueles que se alternan con otros muy divertidos, en diferentes capas equilibradas en el libreto adaptado por el director David Serrano.

Sin duda, será el musical de la temporada por la calidad de todo el montaje, de los que ves en escena todos los euros de la entrada. Una producción atrayente en todos los aspectos: vestuario, escenografía deliciosa, móvil, con cientos de gigantes libros, iluminación, coreografías muy potentes, contagiosas y muy bien ejecutadas… La música de Tim Minchin combina piezas íntimas con otras de una energía absoluta y cumple con el principio, con el permiso de Sondheim, de salir tarareándola, (“When I Grow Up”’, “Naughty”, “Revolting children”, “Quiet”…).

Una propuesta nada fácil de llevar escena, con unos 60 niños implicados, más de 20 intérpretes en escena, de complejidad dramatúrgica, que combina la soledad, la amistad, la incomprensión, injusticias, algunos personajes estrambóticos, el escapismo de la imaginación, las ganas de crecer…

La dificultad no es sólo contar con niños, sino el peso que en ellos recae. Matilda está prácticamente siempre presente en el escenario. SOM, tras la experiencia con Billy Elliot, ha vuelto a crear una “escuela” para formar durante meses a los niños que participan. Y se nota el tiempo empleado. Lástima que se olvidaran de impartir la asignatura de dicción.

Lo menos mejor: falta algo de magia, literalmente hablando (también pasa en Londres), tan presente en el referente cinematográfico. El icónico lanzamiento de martillo aquí se limita a un simple juego de luces, igual que la habilidad que descubre Matilda, que se explica más que se ve.

Lo mejor: la adaptación, sin ser idéntica a la propuesta londinense, es dignísima y ha respetado su espíritu, complejidad y accesibilidad (sin recurrir al humor castizo de Billy, por suerte). Se ha conseguido que la protagonista, como quienes la acompañan, tengan un nivel altísimo.

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