Un espectáculo increíble, más de dos horas de puro teatro. No conocía la historia de Matilda, soy de esas personas que no había visto la película ni había leído el libro, ni siquiera sabía de que trataba, simplemente no me había atraído, precisamente por eso mi puntuación máxima, y es a esas personas como yo que nunca se habían acercado al mundo de Matilda a las que quiero recomendar la obra.
Empezando por el decorado, ocupando toda la vertical de la boca del escenario, unos libros gigantescos te adentran en la mente privilegiada de Matilda. Quedan claras las intenciones de la escenografía, una hábil mezcla de tecnología con proyecciones combinado con una iluminación espectacular te transporta al interior de la habitación de Matilda hasta elementos más tradicionales que te llevan a escenas más intimistas con el uso de dos sillas y luz puntual.
Inspirado en muchos momentos en The Wall de Pink Floyd, las escenas corales de los niños son simplemente espectaculares, me ha parecido increíble ver a una docena de niños cantando, bailando y actuando con gran desparpajo que te atrapa en el interior de la historia llevándote en volandas por las aventuras de la Escuela Primaria Crunchem, que significa en castellano “Aplastémoslos a todos”.
Y aquí es donde destacan las tres figuras protagonistas de la historia, la malvada señorita Trunchbull, la antagonista de Matilda es sorprendente, te hace reír pero quieres odiarla, la excampeona olímpica trata a los pequeños como si fueran parásitos hasta el absurdo, interpretado por Daniel Orgaz, se lleva muchas de las ovaciones de la audiencia.
Matilda interpretada esta vez por Daniela Berezo, es un portento de la interpretación con apenas 12 años, tiene soliloquios increíbles, resueltos con gran madurez interpretativa para su temprana edad. Ella mantiene el espectáculo con gran solvencia enganchando con niños y mayores.
La última gran figura de la noche es la profesora Honey, interpretado por Allende Blanco, marcando el contrapunto a la señorita Trunchbull, dulzura en su interpretación destacan las escenas intimas con Matilda.
El elenco completo globaliza la calidad del musical, no te para de sorprender durante las 2´20 miinutos de duración (20 minutos más con descanso), que a priori parece excesivo pero una vez sumergidos en el espectáculo para nada se hace largo.
Nosotros fuimos 2 adultos con un niño de 6 y otro de 8 y lo disfrutaron al máximo desde el principio, empatizando con la historia de Matilda y deseosos de coger un libro al llegar a casa.