He necesitado dejar pasar varias semanas y recomponer tranquilamente mis costuras morales para poder escribir sobre “Peceras”. Ya sabíamos que nos enfrentábamos a un texto de Carlos Be y eso siempre produce un vértigo placentero, porque si hay algo seguro con sus trabajos es que nunca te dejan indiferente, para bien o para mal.
En esta ocasión y arropados por Fran Arráez e Iván Ugalde somos invitados a una fiesta privada de la cual es imposible salir indemne. Dos personajes que acaban convertidos en monstruos ávidos de ilegalidad. Y cuando mas confiados y dispuestos estabamos para participar en aquella juerga, aparece ella, Carmen Mayordomo. Allí estaba esperándonos como la mejor de las anfitrionas, sonrisa deslumbrante y naturaleza muerta en sus manos. Afilada en los bordes hasta el extremo y adoptando pose de junco acerado dispuesta a resistir cualquier embestida del destino. Agasajándonos con su timbre cálido y envolvente que anestesiaba cualquier atisbo de la tormenta que en pocos minutos se nos vino encima… Continuar leyendo en Tragycom.