Hablar de Perigallo Teatro es hablar de teatro comprometido, social y bien hecho. Asistir y compartir cualquiera de sus espectáculo es siempre un acierto. Y así sucede con el espectáculo Pídeme perdón (o cómo volver a la calle del Mariano). Un viaje a la infancia y al valor que cobra la palabra y el acto del perdón en nuestras vidas desde diferentes perspectivas.
El ejercicio dramático de Celia Nadal y Javier Manzanera es punzante, auténtico y emocional al tratar, de forma desnuda y real, un tema humano de arraigado carácter existencial que logra con el estupendo perspectivismo concebido en la estructura mostrar cómo recibimos y entregamos el acto del perdón en diferentes momentos de la vida y desde diferentes lugares. La demanda de perdón por parte de los tres personajes se convierte en hilo conductor de una trama que, según vamos descubriendo, nos revela los matices vitales de cada uno de ellos. Relacionados los tres, sus historias confluyen en un mismo punto con el deseo compartido de ser perdonados una vez comprendido el necesario acto de perdonar primero. A este respecto la dirección escénica de Antonio C. Guijosa se muestra precisa y eficaz a favor de hecho suceso escénico que está cargado de imágenes que le interpelan al espectador de forma brutal con una escenografía que, aunque realista, contiene muchos símbolos en sí misma.
Los tres protagonistas, Celia Nadal, Javier Manzanera y Pedro Almagro, muestran un equilibrio y una solvencia interpretativa magníficos que envuelven al espectador en todas las historias, que son tan importantes las unas como las otras mostrando así cómo, según la vivencia, la demanda o recepción del perdón puede parecer más urgente, pero al final todos los actos tienen consecuencias y todas las vidas humanas son igual de importantes.
Pídeme perdón es una propuesta escénica tierna, doliente, llena de belleza y humanidad como el propio acto del perdón.