A Lorca hay que sentirlo, no entenderlo.

Poeta (perdido) en Nueva York

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Poeta (perdido) en Nueva York → Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa
13/09/2025 - Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa

Jesús Torres, dramaturgo, director e intérprete de Poeta (perdido) en Nueva York crea una obra que permite entrar en lo más recóndito del ser de Lorca. Antes de nada, darle personalmente la enhorabuena a su creador por haber sido capaz de hacer un compendio tan genuino a la par que universal. Fue maravilloso sentir el texto que recupera de Lorca mediante cartas, poemas y versos de sus obras teatrales. No faltan tampoco momentos de cante jondo flamenco que, como sabemos, amaba el poeta y en este montaje, estos recursos lorquianos permiten ver su mundo interior. Resaltar también su interpretación, la energía que proyecta en escena deja clara su pasión por el teatro y por Federico. Es de estas obras teatrales que me gusta «catalogar» como inefables.

Destacar que la obra hace eco de muchas de las creaciones de Lorca, aludiendo a sus dramas como La zapatera prodigiosa o sus tragedias rurales: Yerma, Bodas de Sangre y La casa de Bernarda Alba, hasta sus creaciones más vanguardistas como El público, Títeres de Cachiporra, El maleficio de la mariposa… Sin olvidar a Ian Gibson, historiador conocido por ser uno de los mayores representantes de Federico García Lorca mediante sus trabajos biográficos. Tampoco quiero dejarme sin mencionar la alusión a su homosexualidad y a esa necesidad que tenía de encontrar a alguien que supiera valorarlo como merecía, ¿y quién no necesita sentirse querido? Por algo, Lorca es universal y esta obra lo demuestra. Sin duda, este viaje a Nueva York le ayudó a descubrir que el pasado es pasado y que el presente es lo que le toca vivir. A pesar de su miedo por un futuro trágico. Es irónico pensar que no se equivocaba al tenerle miedo a la muerte, teniendo en cuenta que años más tarde, en 1936, será fusilado. Según el informe, por masón, socialista y, especialmente, por ser homosexual.

No puedo dejarme sin mencionar la videoescena que presenta el proyecto en sí mismo, que junto al espacio sonoro y la escenografía permite al espectador «viajar» de verdad a Nueva York. No sólo eso, sino que además se accede a lo más íntimo de Lorca: sus sueños, miedos, prejuicios… Vemos su arco de transformación y como su viaje redentor le trajo una nueva mirada a nuestro Federico García Lorca, el gran e inolvidable poeta español. Asimismo, su viaje se ubica en el fatídico 1929 con el colapso de la bolsa de Nueva York, transmitiendo como la crisis financiera tuvo un impacto abrumador en millones de personas en aquel momento. En definitiva, una obra que recomiendo para seguidores – o no – de Lorca: entras a un universo teatral del que estoy seguro de que cualquier espectador se querrá zambullir.

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