Aprovechando el centenario del nacimiento de Fernando Fernán Gómez el Centro Cultural de la Villa que lleva su nombre ha puesto en escena El viaje a ninguna parte. En este montaje dirigido por Ramón Barea conocemos a una compañía ambulante de cómicos que malvive en esa triste y miserable España de posguerra, pero que al mismo tiempo ama su profesión. Ante el avance inexorable del cine, la obra nos presenta los últimos estertores de una forma precaria de vivir y entender el teatro. Sin embargo, aunque esa forma se extinga, el teatro pervivirá en los escenarios y en los aplausos. Fernán Gómez quiso rendir un sentido y nostálgico homenaje a todos esos artistas que sacrificaron todo para hacer reír y ahora es a él a quien se rinde homenaje al representar la que posiblemente sea su creación más redonda junto con las bicicletas son para el verano. Como sucedía en la obra maestra de Fellini, La strada (1954) o en Pájaros de papel (2010) de Emilio Aragón, el drama y la comedia caminan de la mano.
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