En 1920 Karel Čapek escribió R.U.R., una denuncia a las maniobras de las potencias europeas con los totalitarismos, que desembocaría en la II Guerra Mundial. Con esta pieza se originaba el término robot, un concepto sin el que nuestro presente, tal y como lo conocemos, resultaría imposible.
La Casa Be firma este montaje que se puede disfrutar en el peculiar escenario de La Cripta Mágica, una simbiosis entre una antigua bombonera, un teatro clásico en miniatura, con sus palcos y todo, y el interior de un sombrero de mago (haya lo que haya ahí dentro). Este espacio propicia el encuentro íntimo y privado entre el presente y el pasado que se da durante el espectáculo. El ayer y el hoy se mezclan creando una temporalidad ambigua y sugerente en esta propuesta contemporánea de un texto centenario que supuso toda una revolución y que, todavía hoy, resulta actual y, sobre todo, pertinente.
El director Carlos Be deja su impronta en esta propuesta, que cuenta con algunos de sus actores fetiche, como los magnéticos Joan Bentallé y Carmen Mayordomo, así como con dos jóvenes incorporaciones, Sandra Ortiz y Javier Arribas, que aportan variedad (y también talento) a este elenco cómplice y perfectamente coordinado. Carlos Be aporta su sentido del humor incómodo, su ironía habitual, así como ese punto sombrío tan característico de sus obras que le viene como anillo al dedo a esta historia de ciencia ficción cuyo final todavía no sabemos si es feliz o no. ¡No se la pierdan!