En el momento en el que atraviesas la puerta de la sala y te entregan un cartón de bingo ya sabes que te estás adentrando en algo diferente. Mientras transcurre la trama vas eliminando números y tienes la posibilidad de hacer línea y/o bingo y conseguir el premio.
De esta obra destacaría la originalidad en cuanto al formato y la curiosa mezcla de realidad-ficción en la que el espectador se encuentra.
Aunque, desde mi punto de vista, los personajes ganarían al ser interpretados por actrices que den el perfil en cuanto a edad, considero que las intérpretes hacen un muy buen trabajo manteniendo un ritmo perfecto en escena, con personajes trabajados e intencionando acertadamente los gags que regala el texto. Destacaría el personaje de Zaida, interpretado por Marta Salvo, que me ha llegado por su sentido de verdad.
En cuanto a la trama, en mi opinión es una historia que te entretiene pero que no cala hondo. Tiene puntos de humor interesantes que provocan que el espectador pase un buen rato. Debido a la puesta en escena, los nexos de unión entre el bingo y la trama no siempre fluyen de forma suave, cosa que a mi parecer ensucia la pieza.
Me ha encantado ver a este equipo joven, auténtico y con fuerza, buscando nuevas formas de hacer teatro. Seguro que seguiremos oyendo hablar de ellos.
Si quieres que te cuenten una historia, echarte unas risas y, mientras, jugar al bingo, esta es tu obra.