Pinocho, el musical es una adaptación libre del clásico que todos conocemos, pero esto no quita para que al leer esta opinión, os echéis las manos a la cabeza y penséis lo peor.
El arranque del musical es genial: original, divertido y aporta una frescura inusual. Creo que han elegido hablar en un lenguaje tan actual y con guiños a la cultura popular para que los peques y los no tan peques se enteren de la historia. Al ser una función familiar se hacen bromas con la actualidad pasada y cercana, así los públicos de todas las edades se están enganchando a la historia.
Es verdad que el estreno fue ayer y los nervios del primer día y la primera toma de contacto hicieron que algunas cosas no saliesen bien del todo como la música que estaba demasiado alta y las voces bajas, fallos en los micrófonos y algunos detalles más que pasaron desapercibidos para el público infantil, que se lo estaba pasando en grande.
Me gusta que los valores de la obra original estén presentes en este libreto, aunque adaptados a nuestro tiempo, pero estoy segura de que los más peques de la casa, cuando salgan de ver el musical, harán muchas preguntas y lo que nos muestra este Pinocho 2.0 no caerá en saco roto.
Todo el elenco está muy bien, pero sin duda Laura Enrech y Antonio Villa son los que aportan más energía a la obra, los que cuando hacen un dúo o hablan entre ellos, es todo una locura y se te pasa el tiempo volando.
El punto original lo aporta Laura Enrech con su personaje, pero el inicio de las canciones de ella no las podía oír y me desconectaba un segundo.
Ángel Martínez me gusta mucho más de Pinocho que de niño, siendo Pinocho me lo creí mucho más y se crecía sobre el escenario, en cambio siendo niño, se volvía más pequeño.
Estoy segura de que los nervios del día del estreno pasaron un poco de factura, pero es un musical realmente encantador para toda la familia y estoy segura de que será un éxito en estas navidades.