¿Sabes esa sensación de cuando te compras una casa y llevas una semana viviendo ahí y…? Ah, no, que si tienes menos de 60 años y tus padres no son ricos es bastante probable que no puedas identificarte con esto nunca. Reformulo la pregunta. ¿Alguna vez has ido a casa de alguien que se acaba de comprar una casa y, a la semana de mudarse, hace una cena para que sus amigos la conozcan? La casa está increíble, los acabados son de lujo, los muebles no son precisamente de Ikea, se nota que ahí hay pasta. Y te impresionas (y, sobre todo, decides que tienes que hacer todos los esfuerzos por conservar esa amistad, de cara a cuando llegue el verano en Madrid, que la casa también tiene piscina).
Pero a medida que va avanzando la noche, te vas dando cuenta de que le falta por poner los estores del estudio (porque las casas molonas tienen estudio, aunque ahí no estudie nadie!), que los apliques de las luces del comedor son provisionales, porque ahí va una lámpara que aún no ha llegado, que estáis comiendo el coulant de chocolate con los platos hondos porque los de postre aún no los han desembalado. Es decir, que la casa mola mucho pero se nota que todavia está en proceso.
The Producers es la casa de tus colegas. A mí me encantó, pero tengo que decir que la vi el día después del estreno y entendí que aún faltaban cosas por pulir. Hubo algunos fallos técnicos, incluso algunas «morcillas» por parte de los actores que desataron la risa en sus compañeros de escena (tengo que reconocer que me dio bastante envidia ver cómo disfrutaban, aunque tengo claro que nunca podré ser actriz de musicales porque tiene pinta de que cansa mucho) e incluso hubo un par de cosillas que aún no están en su sitio a nivel técnico. Diría que lo que más me bajoneó fue no ser capaz de disfrutar las letras de las canciones -sobre todo cuando era la parte cantada en coro- que se intuían super divertidas pero no se escuchaban del todo bien porque la música estaba muy alta con respecto a las voces colectivas; lo cual es una pena, porque la adaptación de la letra de las canciones estaba muy conseguida en general.
PERO…y ahora viene lo bueno…yo me reí un montón, disfruté muchísimo del espectáculo (a todas luces con unos valores de producción excelentes, la escenografía te deja con la boca abierta) y la adaptación del texto me gustó muchísimo. También disfruté enormemente de las propuestas de los actores. Generalmente, en los musicales que he visto en España, suelo ver siempre bailarines y cantantes, pero aquí sí vi personajes mejor construidos y más sólidos (también con su curva de aprendizaje a medias, sospecho), por lo que se me hizo mucho más fácil meterme en la historia y disfrutarla.
Así es que recomiendo mucho el espectáculo. Tiene pinta de que en unas semanas, cuando ya esté mucho más vivido por parte de todo el equipo técnico y artístico, va a ser maravilloso.
Y termino con un secreto…yo le he sacado pegas a la casa nueva de mis amigos, porque las tiene, pero en el fondo me muero de envidia porque me encantaría vivir en una choza como ésa, así es que si tenéis ocasión de ir a cenar un día y verla…no lo dudéis.