The Producers, el musical

Divertidísima. La sonrisa en la cara de principio a fin. 3 horas y se me ha hecho corta. La música, los bailarines, el texto, los cantantes. Todos los artistas magníficos y la puesta en escena y dirección geniales. Estoy pensando en volver a verla y llevar a toda mi familia. Desde luego se la recomiendo a todo el mundo. Una pasada espero que esté muchas, muchas temporadas. Un gran trabajo de todos, equipo técnico, el músico… Es que sólo tengo palabras de agradecimiento

El sábado vimos la función, y una pasada. Tanto los escenarios, como la puesta en escena, los bailarines, esas voces … puff una auténtica maravilla.
Os desearía mucha mierda, pero no os hace ninguna falta .

BRAVO!!!

La historia de estos dos productores que buscan montar el mayor fracaso de Broadway jamás conocido como método para enriquecerse es un ejemplo perfecto del humor del que ha hecho gala Mel Brooks a lo largo de su trayectoria: parodia, farsa y sátira irreverentes hasta el mayor extremo posible sin llegar al punto de ruptura. Por eso no deja de ser arriesgado poner en escena este musical en estos tiempos de hipercorrección política donde hay tantas personas predispuestas a ofenderse sin atender a contexto ni intención, pero al igual que con The Book of Mormon, no puedo sino aplaudir que se haga, máxime cuando el resultado es tan brillante como lo que he podido ver.

El humor que ofrece la obra desde el primer momento no se limita únicamente a buscar la risa fácil, que también, sino que sabe combinar hábilmente las partes más sencillas, pero que mantienen una sonrisa siempre en los labios, con pasajes que van haciendo aumentar esa sonrisa hasta prorrumpir en una sonora carcajada. Los diálogos son vivaces y veloces, los personajes están bien construidos y el arco que recorren funciona muy bien, lo que unido a los magníficos números musicales compone una estupenda experiencia de la que salir plenamente satisfecho. Y la parte musical tampoco se queda atrás, pues todas las canciones han tenido una soberbia adaptación al español sin, a mi juicio, dejarse nada por el camino, y la composición ofrece tanto melodías pegadizas como números de puro lucimiento vocal en los que actores y orquesta lo dan todo.

Me encantó la actuación de Oriol Burés como el codicioso Bialystock y Alexandre Ars como el inocente Bloom, pues ambos lucen muy bien a nivel vocal y se desenvuelven con soltura en la parte cómica. No son los actores principales de la obra, o eso dice el programa, pero nadie diría que vimos a los covers, desde luego. Por su parte, el resto del reparto se entrega a sus extravagantes papeles, demostrando un gran sentido del ritmo cómico tanto en las partes habladas como en las cantadas. Y luego está Àngel Llàcer, claro, que para mí, borda su papel de Roger de Bacle, aunque entiendo que pueda haber espectadores a quienes resulte excesivo.

Además de todo lo mencionado, hay que destacar el sublime trabajo de producción de la obra, con un prodigio de escenografía que se abre, entra, sale, gira y se convierte en todos y cada uno de los lugares por los que se desarrolla la trama. Me quito el sombrero ante el equipo que la ha diseñado y ante los técnicos que la manejan durante la representación, porque ya sólo por ese despliegue de producción merece la pena asistir al espectáculo.

En resumen, The Producers tiene numerazos apoteósicos, interpretaciones brillantes y un apartado musical magnífico que merecen el precio de la entrada. Madrid sufre ahora mismo de una importante saturación de musicales, que además no son precisamente baratos, pero éste tiene los valores de producción y la factura técnica que uno espera de un gran musical, un guion desternillante e interpretaciones de campanillas. Salí muy contento de la función y espero que el espectáculo tenga el recorrido que se merece, porque es una auténtica fiesta de música y humor.