El Teatro Reina Victoria concretó lo que era inevitable: la puesta en escena del movimiento de denuncia social #MeToo, a través de un texto original de David Mamet y dirigida por Juan Carlos Rubio. En este caballo ganador que siempre encarnan los grandes juicios mediáticos, como en este caso el activado por la industria de cine estadounidense contra los excesos y abusos de los hombres del celuloide que abusaban de mujeres actrices para ayudarlas a ascender en sus carreras, la figura de uno de los muchos hombres que ejercieron este poder la encarna en Trigo sucio el siempre resultón Nancho Novo. Un personaje bien petulante, enfundado en un disfraz algo ridículo, de depravador sexual. Un poco más de una hora en el patio de butacas del céntrico teatro madrileño, para disfrutar de una tarde de sábado.
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