Un acierto el uso de una simple pizarra de las de toda la vida, de tiza y borrador. Simplemente escribiendo el año en que transcurren los hechos, nos metemos de lleno en la historia de amor de dos mujeres, un amor prohibido. Y, como toda buena historia, ésta tiene de todo: entrega absoluta, valentía frente a las normas sociales del momento, soledad y ruptura con una familia que ni acepta ni entiende, sentimiento de culpa por no encajar en la norma, ausencias, miedo, locura…
Un recuerdo para Isabel y Carmen, las dos maestras valencianas que vivieron su trágico amor prohibido en tiempos franquistas y en cuya historia real se inspira la obra teatral de África Alonso. Hoy, en España, tenemos la oportunidad y la obligación de vivir el amor sin miedo.