No voy a mentir. Con semejante título y sinopsis esperaba que las referencias cinematográficas fueran constantes. No es así. La mitad del espectáculo se basa en interacción con el público y anécdotas del artista…pero qué anécdotas. Lo cortés no quita lo valiente. Si bien es cierto que me faltaron las mencionadas referencias, la sonrisa y la carcajada constante fue la tónica habitual del público en general y la mía en particular.
Víctor Parrado llega a Madrid con este espectáculo, El Peliculero, ambientado en una hipotética ceremonia de los Oscar de la que el público es partícipe. Instrucciones previas a la emisión en directo, número de apertura y la entrega de uno de los premios son la excusa para que Parrado haga alarde de una gran vis cómica (qué fácil parece hacer reír) y sentido de la improvisación. Creo que ninguno de los asistentes fuimos inmune a los encantos de Parrado, tanto por el lado cómico como por el emotivo.
Aunque sólo haya venido para los meses de verano espero que la acogida del público haga que prorrogue hasta la saciedad.