Faldas con vuelo, chupas de cuero y mucha gomina… Así es: ¡Grease ha vuelto! El mítico musical ha llegado a Madrid en el 50 aniversario de su primera producción teatral. Este fenómeno de la cultura pop llega al escenario del Nuevo Teatro Alcalá de la mano del equipo creativo del éxito Billy Elliot.
Con Grease vuelven los años 50, las Pink Ladies, la inocente Sandy, el macarra Danny Zuko, el cochazo bautizado como Grease Lightin’ y todos los dramas amorosos de este instituto americano. Si todavía necesitas más motivos para ir a disfrutar de este clásico entre los clásicos ¡sigue leyendo!
1. Un chute de buen rollo y colorido
¡Y qué necesario! Después de más de un año y medio sin musicales, una propuesta alegre y vitalista como Grease llega al público madrileño como agua de mayo. Este grupo de adolescentes es capaz de llevar al patio de butacas la alegría ingenua e irresponsable de la juventud. ¡Cuidado! El efecto de la sonrisa en la cara y las canciones pegadizas puede durar varios días
2. Coreografías increíbles y los temazos de siempre
SOM ha invertido más de 4 millones de euros en esta superproducción en la que se puede disfrutar del trabajo coreográfico de Toni Espinosa. En esta ocasión los grandes éxitos del musical están interpretados por un jovencísimo elenco que ha acudido durante más de año y medio a una escuela de canto, baile, acrobacias e interpretación creada expresamente para este espectáculo.
3. Nostalgia «modo on»
¿Te apetece hacer un viaje en el tiempo? Tras su estreno en Chicago en 1971, y reconocida en todo el mundo a raíz de su éxito en Broadway, durante ocho años consecutivos, el idilio entre Danny Zuko y Sandy Olsson llegó a la gran pantalla de la mano de John Travolta y Olivia Newton-John en 1978 para seguir cosechando éxitos. Medio siglo después podrás volver a vibrar con los looks, la música y una historia romántica que marcó a varias generaciones.
4. Un lavado de cara al exceso de testosterona
Los tiempos cambian y, como no podía ser de otra manera, el equipo creativo de SOM, capitaneado por el director David Serrano, con dirección musical de Joan Miquel Pérez, le ha dado un lavadito de cara a los personajes en cuestión de género. Si bien no se trata de una propuesta feminista, los creadores de la propuesta se han molestado en re-construir unos personajes femeninos más humanos y con aristas y hasta en los diálogos podemos encontrar intervenciones en las que, incluso la propia Sandy, afirma «no necesitar a los chicos para nada«. También la masculinidad de los chicos está medida y se abordan las conductas más tradicionalmente «varoniles» con ironía y autoconsciencia buscando la comedia y la complicidad con el público.
5. Jóvenes haciendo de jóvenes
Aunque en la ficción estamos más que acostumbrados a disfrutar de historias de adolescentes interpretadas por actores y actrices que sobrepasan la treintena, la nueva propuesta de Grease llega para romper moldes con un elenco realmente joven. Este reparto está encabezado por Lucía Peman (Sandy), Quique González (Danny), Isabel Pera (Rizzo), Jan Buxaderas (Kenickie), Lucas Miramón (Doodye), Elisa Hipólito (Marty), Pau Gimeno (Roger) y Sonia Vallverdú (Frenchy) y entre otros. El actor Víctor Massan destaca en este equipo de jóvenes talentos con su personaje de Vince Fontaine, uno de los más irónicos y atractivos de la propuesta.
6. Nuevos talentos de nuestro país
Para aquellos que no se fían del talento joven y que no se atreven a invertir en propuestas creadas por nuevos artistas, llega este elencazo, a demostrar que los jóvenes tienen mucho que decir (y muy bien). A pesar de su juventud los artistas han formado parte de proyectos relevantes y de calidad como los musicales Sonrisas y Lágrimas, Cabaret y Billy Elliot y han participado en series y películas como “Paraíso” (Movistar) “Hernan” (Amazon) “Luimelia” (Atresplayer), “Stories from Norway” (Apple TV), “¿y si sí…?” (TVE), “Jaguar” (Netflix), “Explota Explota”, entre otras.
7. Porque el amor triunfa
Permitidnos aquí que saquemos nuestro lado más sentimental (casi cursi pero no). Grease nos ofrece una experiencia ligera y blandita sobre los sentimientos de la juventud, una oportunidad para dejar de reflexionar y racionalizar y entregarnos a las emociones más básicas con arrojo y sencillez, sin complejos, como si nada más importase. ¿Quién podría desaprovechar esa oportunidad?
Irene Herrero Miguel / @ireneherreromi
