El nombre de Alberto San Juan, uno de los actores más polifacéticos del estado, se asocia rápidamente al cine y la televisión, pero donde realmente se siente en su hábitat es en el teatro. El actor presenta Macho grita un espectáculo en el que revisita el concepto de ‘macho’ que tan a menudo se ha asociado con la definición de buen español. Un monólogo de poco más de hora y media donde, vestido con corbata y americana y acompañado de cinco músicos, propone un viaje en el tiempo donde deja claro que la Historia, en mayúsculas, siempre la escriben los ganadores.
Macho grita es un espectáculo que defines como «crónica de tu ignorancia sobre la Historia de España». ¿Cómo es esto?
Alberto San Juan: Macho grita nace de las ganas de vivir mejor y, por tanto, convivir mejor. Una de las grandes dificultades para conseguirlo es la de aceptar lo diferente a lo que uno se identifica. Rastreando la pista del rechazo al otro y, tras pasar por la dictadura franquista, uno se encuentra con 1492. Un año crucial en el que se niegan los elementos musulmán y judío, parte esencial del hispánico, por crear la definición de español exclusivamente sobre lo cristiano. De eso habla el espectáculo. De cómo el poder se inventa enemigos para perpetuarse y produce así una dinámica de confrontación civil interminable.
¿Qué tiene que ver esta revisión de la Historia de España con el concepto de macho?
El macho en esta obra se entiende como voluntad de dominio, como imposición de unos sobre otros: hombres sobre mujeres, blancos sobre no blancos, occidentales sobre orientales, ricos sobre pobres. En ese sentido, 1492 es un año importante para la construcción del macho.
En este macho, pues, ¿se esconde la definición o la raíz de lo que se considera “ser español”?
Sólo de una determinada concepción del “español”. La concepción jerárquica, guerrera, enemiga de lo diferente. Con vocación de dueño o sirviente, en definitiva.
¿Alberto San Juan «siempre ha querido ser un macho» como dice durante el espectáculo?
Da miedo enfrentarse al poder. En este sentido, da ganas de integrarse en el macho. Y, por supuesto, yo me he educado en esto.
«Creo que existe una percepción de clima represivo… todavía es anecdótico pero que pueden ser las primeras señales de algo que puede empeorar»
En un momento tan polarizado y donde el debate político habla constantemente de la identidad, ¿es una locura o una hazaña preguntarse sobre qué define el ser español/macho?
En mi caso, es una necesidad. Como te decía, aspiro a convivir en paz y con la mayor alegría posible.
¿Has tenido miedo en algún momento por las consecuencias que este espectáculo podría tener o la censura?
No, pero no es la primera vez que me preguntan.
¿Es sintomático, pues, que después de ver una obra como Macho grita, la gente piense en valentía?
Pues sí, probablemente sea sintomático. Creo que existe una percepción de clima represivo. Un clima que todavía es anecdótico pero que pueden ser las primeras señales de algo que puede empeorar, sin duda alguna.
El espectáculo trata temas complejos, se citan a grandes autores, pero lo hace con una ligereza, con música y un tono de vodevil. ¿Tenías claro el formato desde el principio?
Sí. Amo la comedia musical. El teatro, en mi opinión, es divertido o no es teatro.
El espectáculo parte de Don Juan Tenorio y repasa buena parte de la historia de España, sobre todo la época de los Reyes Católicos y la Edad Media. Una época que parece ser un agujero negro para la cultura, pero que revisitada en el espectáculo sorprende que no sea así. ¿La Historia la siguen escribiendo los ganadores?
Por supuesto. Los movimientos emancipadores en nuestra historia son borrados sistemáticamente. El ejemplo más claro es, tal vez, el anarquismo español. Y sí, la Edad Media en la Península es un larguísimo tiempo muy rico y diverso e intencionadamente tenido por oscuro, como interrupción del progreso humano. En gran medida, porque los enormes avances culturales tuvieron lugar en la lengua árabe.
Vivimos en un momento en el que pensamientos como el feminismo y el antirracismo están empezando a dar frutos, pero donde también crece más que nunca la extrema derecha. ¿Cómo se entiende?
El título de la obra tiene que ver con la actitud macha de alzar la voz para silenciar al interlocutor y con la agonía de un sistema, lo que consiste en el dominio de unos sobre otros, que se debe demostrado suicida y que nos conduce a un horizonte de extinción. El macho grita, golpea y ríe histéricamente, porque su mundo se acaba.
En este contexto, ¿qué papel deben jugar el teatro y la cultura?
Intentar construir espejos donde poder vernos sin máscaras.
¿Crees que la cultura hoy en día está reducida al simple entretenimiento y que espectáculos como Macho grita llama son una rara excepción? ¿O hay esperanza?
El sistema de poder vigente, depredador y agónico, intenta llenar el espacio de la comunicación con humo que nos mantenga ciegos, pero esto es imposible. Hay muchas voces que explican lo que ocurre y se imaginan otras posibilidades que permitan la continuidad de la vida.
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