Álex Villazán y Javier Ariano han pasado de compartir escenario en LaJoven a ser los protagonistas de dos de las producciones más aclamadas de la temporada, El curioso incidente del perro a medianoche y West Side Story, respectivamente. Dos montajes de gran formato que les han llevado a vivir una experiencia que pone de manifiesto el buen estado de salud de nuestra generación de actores más joven.
Muchos han sido los aplausos, tanto por parte del público como de la crítica e, incluso, algún reconocimiento ha caído en forma de premio. Pero nosotros hemos querido ponernos en su piel y conocer cómo se vive esto a través de sus ojos, desde Álex y Javi; desde el día a día de dos amigos que se conocieron gracias a su pasión por el teatro y a los que el destino, y su gran talento, les ha llevado a dar, aunque en diferentes proyectos, el primer paso de unas carreras artísticas que arrancan con potencia.
Teatro Madrid.- Tanto para El curioso incidente del perro a medianoche como para West Side Story han sido ocho meses intensos en Madrid. Esto no lo puede decir todo el mundo ¿Cómo estáis viviendo la experiencia?
Alex Villazán.- Siento muchísimo agradecimiento, sobre todo, por la acogida que ha tenido por parte del público. Los comentarios que te ponen en redes o cuando te esperan y te dicen cosas maravillosas, todo eso lo guardas con muchísimo cariño. Y luego, a la vez, ya mucho agotamiento. Ha sido muy duro, pero se lleva con mucha gratitud y merece la pena. Pero sí que estoy deseando que lleguen las vacaciones para respirar un poco.
Javier Ariano.- Llevamos más de 220 funciones y es una experiencia maravillosa. Es la primera vez que me enfrento a una producción tan larga, tan consistente, con tanta gente ¡Es maravilloso! Yo que soñaba con hacer un musical y, de repente, me encuentro compartiéndolo con toda la gente a la que admiraba cuando comencé a conocer este mundo. Está siendo una de las mejores experiencias de mi vida y a la vez la más exigente. He notado ese cambio, hay que aguantar mucho, hay que cuidarse muchísimo.
TM.- Tras tantas funciones a la espalda ¿la responsabilidad de dar vida a Christopher Boone o a Tony es más ligera?
AV.- Me gustaría decirte que sí, pero como soy puro nervio, le voy añadiendo más cosas y luego llega el director y me dice “Pero ¿a dónde vas? ¡Baja!” (Risas) Cada función intento buscar cosas nuevas del personaje, cada día me sirve para aprender algo e intento aprovecharlo al máximo.
JA.- Esta obra, por el título que es, requiere una gran responsabilidad y cumplir con eso a día de hoy es lo más complicado, pero es una responsabilidad maravillosa y para mí es un auténtico placer, la verdad.
Aunque hayan pasado 7 u 8 meses, a mí me da un vértigo increíble y salgo a cantar las canciones con mucho respeto. Como dice Federico Barrios, el director: “Tenemos que hacer cada noche que el público que venga y se enamore como la primera vez”.
TM.- Estas producciones vienen, de alguna manera, ya prediseñadas ¿Os dan margen para poder experimentar?
AV.- Sí, me da margen. Evidentemente las coreografías no porque está todo muy medido, pero cuando hay texto sí que puedo jugar, ya sea intenciones o la forma de llevar al personaje. Cada función es diferente e intento jugar con el personaje.
JA.- En un musical la estructura es la que es, las canciones son las que son, y la nota que tienes que dar es la que hay que dar. Pero bueno, esta obra tiene mucha trama y la importancia de lo que sucede ya está en los deseos de los personajes que son muy viscerales y muy jóvenes.
TM.- ¡La historia de Romeo y Julieta te va persiguiendo!
JA.- Pues sí porque la primera obra que hice cuando llegué a Madrid fue Hey Boy, hey girl con LaJoven, que era una versión de Romeo y Julieta y el primer musical… ¡También!
TM.- Personajes como los vuestros conllevan una gran responsabilidad, ¿cómo hacéis para manteneros al pie del cañón?
JA.- Seguir con las clases de canto porque, como actor, la formación es continua. Lo bonito de esta profesión es seguir aprendiendo. Y bueno, alejarte de las cosas que son perjudiciales, nada de cañas después de la función, por supuesto no fumar, e intentar descansar entre 8 y 9 horas. Antes me permitia ir un poco mas cansado por la vida y ahora no porque la responsabilidad y la exigencia es mucha y hay que tener todos esos pequeños detalles muy cuidados.
AV.- He aprendido un montón sobre mi cuerpo y mi persona. A gestionar el cansancio en escena y aprender a cuidarme un poquito más para estar más entero en las funciones. He aprendido un montón porque nunca he hecho una función durante tanto tiempo en cartel sin parar y es verdad que te enseña muchísimo. Trabajar en una función de dos horas y cuarenta minutos todos los días es puro aprendizaje y más aquí. La verdad que ha sido una experiencia preciosa.
Será una obra que recordaré para siempre ¡y me acompañará mi perro para recordármelo! – A Álex Villazán le regalaron el perro que le acompaña en escena – Cuando seamos los dos más mayores estaré a su lado y será un recuerdo maravilloso.
TM.- Y no solo te llevas al perro, además te vas con el Premio a Mejor Actor Revelación por la Unión de Actores y Actrices bajo el brazo.
AV.- Nunca pensé que lo que fuera a hacer tuviera la repercusión como para que me dieran un premio, me quedé un poco flipado. Yo soy muy crítico con mi trabajo y nunca me lo imagine. Recibir el Premio de la Unión de Actores y Actrices, simbólicamente, me parece de los más bonitos que te pueden dar porque te lo dan los compañeros. En ningún momento te lo imaginas.
TM.- ¿Cuáles son vuestros referentes teatrales?
JA.- Creo que a día de hoy, las obras que hace Miguel del Arco son las que me remueven muchísimas más cosas. Me gusta ese estilo de contar las historias desde un punto de vista actoral, mezclando todas las áreas por igual, el canto, la danza, la interpretación, dándoles la misma importancia.
AV.- Soy súper fan de un actor de la Schaubühne de Alemania que se llama Lars Eidinger que ha hecho el Hamlet y el Ricardo III de Ostermeier. Ese tío me parece fascinante y quiero ir a Alemania para verle en directo porque no le he visto en vivo nunca, pero le he visto en vídeos y me encanta. En España admiro un montón el trabajo de Miguel del Arco, me gusta como juega con el ritmo, me parecen muy buenas las funciones que dirige. Como actores me gusta Pedro Casablanc, Roberto Álamo, que estoy grabando una serie ahora con él y me quedo fascinado; recuerdo que, cuando estudiaba teatro, vi por la tele cómo le daban el MAX por Urtain. Recuerdo también cuando fuimos a ver a Terele Pávez y a Marisa Paredes en El Cojo de Inishmaan que dirigía Gerardo Vera, eso era increíble ¡No hacían nada y lo hacían todo!
TM.- Y vuestro sueño dorado, ¿cuál sería?
AV.- Siempre he dicho que con que siga viviendo de esto, me conformo ¡Firmaría ya! Pero te pones a fantasear y bueno… ¡Hasta donde se llegue! Al fin y al cabo, el limite no sé cuál seria, ¿morir en el escenario? (Risas) Me encantaría hacer cine, que no he hecho casi, e investigar otros campos de la interpretación, pero sin dejar el teatro porque el teatro es donde he aprendido todo y donde más a gusto me siento de momento.
JA.- Me gustaría continuar haciendo musicales. También es un momento álgido del audiovisual, se están haciendo series muy buenas, muy interesantes, que cuentan cosas que de verdad hay que contar. Ir probando un poco de cada rama y hacer un poco de todo. Me gusta mucho dejarme llevar por las cosas que van sucediendo, a ver qué viene. Voy de aquí para allá, por diferentes caminos, y si me puedo perder por ese camino mejor, para ver qué me encuentro. De momento, tenía un sueño que era hacer un musical y ahora mismo lo estoy cumpliendo, entonces, ahora tendré que imaginarme otro (risas).
TM.- Bajo vuestro punto de vista, ¿cómo veis el panorama teatral actual? ¿Qué tiene, qué le falta, qué le sobra?
AV.- Lo que le falta son más jóvenes ¡Jóvenes a cascoporro! Es muy raro ver un protagonista joven en el CDN o en el Español, no apuestan por ello, porque no quieren pillarse los dedos. Pero no hay que menospreciar a los jóvenes por ser jóvenes, evidentemente no tendrán la misma experiencia ni la misma trayectoria que, por poner un ejemplo, Carmen Machi ¡Obvio!, pero habrá que apostar. Eso se va haciendo por el camino, mi maestro de jiu jitsu me decía que la experiencia hace al maestro, pero si no nos dan la oportunidad para tener esa experiencia, es muy complicado.
Nosotros hemos tenido la suerte de estar en LaJoven, pero hay otros que no. Hay gente que vive de manera bastante precaria, trabajando en salas off sin una estructura establecida, no hay contratos, a veces no cobran, no hay público y no es porque lo que hagan esté mal, sino porque no hay estructuras establecidas, el público que paga son los familiares de los actores, del director y así no se puede vivir de esto. No sé cómo, pero la estructura hay que cambiarla para promocionar el teatro off porque la de ahora no es la forma correcta.
JA.- No tiene por qué sobrarle nada, creo que se hacen producciones de diferentes estilos y cada uno puede ir a ver lo que más le apetezca, creo que esa es la suerte que tenemos. Faltarle, le falta un poco más de espacio para la creación, y en algunos casos un poco más de compromiso y que se valore más el teatro que tenemos, valorar muchísimo más de dónde venimos que parece que siempre creemos que lo que viene de fuera es mejor y en España tenemos mucha historia y mucha cultura y muchísimas cosas que rescatar. Por ejemplo, yo estuve en el Proyecto Zarza en el Teatro de la Zarzuela. Recuerdo cuando estábamos haciendo La Revoltosa, salíamos y el patio de butacas estaba lleno de adolescentes y los veías con 16 años diciendo “Buah! La música del Siglo XXI es la zarzuela!” y es que solo hay que dar la oportunidad a la gente de que lo vea. Hay que ver de dónde venimos, e intentar cambiar ese código y remodelarlo para que el público de hoy en día también lo quiera ver y lo disfrute, es importante. Es un poco eso, invertir y valorar la cultura.
TM.- ¿Crees que está dejando de verse el musical como un género menor dentro del teatro?
JA.- Esa idea que venía más de la revista y el cabaret de que el musical son luces y piernas arriba se va dejando, West Side Story y muchos musicales cuentan historias muy potentes que hace que el público más reacio descubra y se sorprenda con este tipo de teatro donde, no solo el texto cuenta la historia, las canciones hacen que avance el argumento. Creo que eso es lo que más sorprende a la gente, y viendo la oferta que hay hoy en día en Madrid van a ver que es un producto que está bien, no hay que infravalorarlo ni menospreciarlo y se puede disfrutar igual.
TM.- ¿Os habéis podido ver el uno al otro en vuestros montajes?
AV.- No, no he podido, pero como West Side Story está hasta junio y yo termino en mayo, en cuanto esté más tranquilo podré disfrutarle.
JA.- Yo sí, fui a una previa. Somos bastante amigos y me alegro mucho de todo lo que le está pasando, la verdad.
TM.-. ¿Habéis compartido impresiones?
AV.- Siempre nos preguntamos lo típico: “¿Cómo vas?” “¡Muy cansado!”, pero estamos muy contentos, desde luego. Es un sueño cumplido, West Side Story es una de las obras favoritas de Javi y yo siempre he querido hacer El curioso incidente del perro a medianoche, desde los inicios de LaJoven. Jamás me imaginé que iba a estar en la función, ni que iba a ir tan bien, ¡ni que me iban a dar ningún premio!
JA.- Los dos salimos de La edad de la ira y es muy guay que los dos estemos viviendo esta experiencia, tan jóvenes, creo que eso es algo muy importante.
TM.- ¿Qué diríais de LaJoven a quienes no la conocen aún?
JA.- Que es un espacio maravilloso donde propulsar a los mas jóvenes, dándoles oportunidades y donde se hacen cosas de mucha calidad. Valoro mucho el tipo de teatro que hacen, ¡a mí me ha enseñado muchísimo!.
AV.- Empecé con LaJoven al principio, cuando comenzaban, yo era muy joven y todo era muy artesanal y jamas me imaginé que iba a tener la proyección que ha tenido y cómo ha crecido. Si no hubiera estado en LaJoven, habría intentado entrar porque es una oportunidad maravillosa. Es una pena que no haya mas «jóvenes compañías» porque los actores jóvenes lo necesitan. Estoy muy feliz de haber podido estar en ella y haber aprendido tanto, y al lado de una persona como José Luis Arellano que me ha ayudado tanto a crecer.
TM.- Venga, ahora es vuestro turno, ¿por qué no os lanzáis una pregunta el uno al otro?
JA.- ¿Te atreverías a hacer un musical?
AV.- Por supuesto que me atrevería, pero necesitaría un buen profesor de canto o que Javi me prestara su voz (Risas) pero, ¡por supuesto!
TM.- Tu turno, Álex.
AV.- ¿Cuál es la peor anécdota que te ha sucedido sobre un escenario?
JA.- Que me rompí una pierna haciendo la Ilíada. Aunque me han pasado más, aquí, haciendo West Side Story me hice una brecha en la ceja. Voy dejándome una marca por cada producción que me marca el corazon y lo reflejo fuera, en mi cuerpo (Suelta una carcajada)
TM.- Vamos, que te dejas literalmente el físico en cada proyecto, ¿no?
JA.- ¡Exactamente! Pero sí, es verdad, estaba en ese momento con Álvaro Quintana, él era Aquiles, yo hacía de Patroclo y en un momento de amor que me cogía, me caí y me hice una fisura en la tibia y estuve dos meses con escayola y haciendo la función con muletas.
TM.- ¿Y terminaste la función en la que te lesionaste?
JA.– Justo después de esa escena venia el monologo que tenía yo, que eran como 14 minutos; recuerdo que me quedé en el suelo, me noté pálido, veía en blanco y sentí que me estaban levantando y pensé “Vale, esto es que todavía estamos en la función y que esto sigue” y mientras andaba, con ese monólogo que tenía que subirme por encima de la gente, notaba como la pierna crujía, pero no sentía nada, hasta que acabó la función, se hizo el oscuro y me fui a la parte de atrás de la grada que teníamos, llorando. Fue una anécdota de lo que todavía me acuerdo porque todavía me duele, los cambios de estación sabes que para estas cosas…
TM.- Y ahora, ¿qué?
JA.- De momento unos días de descanso tras terminar en Madrid y arrancamos la gira que comienza en Canarias.
AV.- Terminamos temporada y volveremos seguramente en septiembre. Supongo que, mientras haya público que quiera ver la función seguiremos estando. Ya no estoy en LaJoven, así que ¡a la selva! A seguir trabajando y a buscarse la vida.
Texto y fotos José Antonio Alba / @joseaalba