Vuelve ‘El barberillo de Lavapiés’, el aplaudido montaje de Alfredo Sanzol

Irene Herrero

La obra maestra de Francisco Asenjo Barbieri, El barberillo de Lavapiés, cumple 148 años desde su estreno en 1874 en el Teatro de la Zarzuela, espacio escénico del que Barbieri fue fundador y director. Esta zarzuela, máximo exponente de la lírica española, ha cosechado grandes éxitos y una excelente comunicación con el público durante sus tres siglos de vigencia, siendo una de las zarzuelas más divertidas del repertorio. Esta fiesta escénica vuelve a la Zarzuela de nuevo con la adaptación y dirección de Alfredo Sanzol para quien este montaje supuso su debut en la lírica en 2019.

De la dirección musical se encarga el maestro internacional José Miguel Pérez-Sierra que estará al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, titular del teatro. La producción cuenta con la escenografía y el vestuario de Alejandro Andújar, la iluminación de Pedro Yagüe y la coreografía de Antonio Ruz. Además de los dos repartos que asumen los diferentes roles y cantan la obra de Barbieri acompañados del Coro Titular del Teatro de la Zarzuela, también se ha contado con de diez bailarines y ocho actores que embellecen el espectáculo.

El dramaturgo y director de escena Alfredo Sanzol, Premio Nacional de Literatura Dramática de 2017 y actual director del Centro Dramático Nacional, afirmaba a raíz del estreno en 2019 asumir con ilusión, respeto y compromiso su primera inmersión en el género lírico, aunque reconocía que en todos sus espectáculos «la parte musical ha estado muy presente; ha estado tan presente que creo que toda mi literatura es una especie de partitura camuflada, porque detrás de las palabras existe una música que va dando forma a las ideas y a los argumentos.» Considera el ritmo la parte esencial de cualquier manifestación escénica enmarcada en un tiempo. Y así afirma Sanzol que «el tiempo es la esencia del arte.»

Fotos de escena Javier del Real

La puesta en escena está compuesta por ocho elementos móviles que permiten jugar con dos tensiones presentes en la función: los espacios abiertos y los espacios cerrados. Ese Madrid de callejuelas, de intrigas, y un Madrid abierto, de celebración, de plaza. Y todo ello ha sido posible gracias al libreto, que es el motor esencial, y a la presencia de todo el equipo desde el principio.

La historia de El barberillo de Lavapiés presenta una gran conexión, una unidad muy clara en todo que convierte esta zarzuela en un gran espectáculo. Rodeada de una aparente ingenuidad, tiene un trasfondo de denuncia social y política llevada a través de humor. «Muchas veces las tramas y los que tienen el poder influyen tanto en nuestra vida que la bloquean. Esta es la fuerza de actualidad de la obra» señala Sanzol.

El barberillo de Lavapiés nos sitúa en la época de finales del siglo XVIII, un periodo especialmente colorista y festivo. Un momento de relax de la historia de Madrid, de la Ilustración madrileña. La época de los bailes. Para ello, el coreógrafo y bailarín Antonio Ruz, Premio Nacional de Danza de 2018, ha realizado una documentación exhaustiva previa basada en la importancia coreográfica de la época, y se ha inspirado también en cuadros de Goya y de muchos grabados. Esta búsqueda nació de un objetivo claro para todo el equipo: «Queremos que sea un espectáculo total en el que las disciplinas se fusionen: y esas barreras entre lo que es teatro, lo que es bailado, lo que es hablado y lo que es musical se difuminen.» declara Ruz. Y por supuesto un elemento imprescindible: la música, que ayuda, impulsa y define. «La música lo es todo. La música es el único arte que no necesita permiso para entrar. Crea la atmósfera, el lugar emocional y ofrece todas las pistas de la acción.» afirma Sanzol.  En este sentido, el maestro Jose Miguel Pérez-Sierra considera que la colaboración entre Barbieri y Larra es «más que interesante, ya que juntos crean una obra en la que se vive, se respira Madrid. Un Madrid dieciochesco en el argumento y decimonónico en lo musical, pero con un perfume atemporal que hace que aún hoy esta zarzuela tenga plena vigencia.»

Fotos de escena Javier del Real

En El barberillo de Lavapiés, Barbieri y Larra mezclan una trama popular, la de los amores de Lamparilla y Paloma, con los devaneos sentimentales de dos aristócratas, la Marquesita Estrella y don Luis. Todo ello con un trasfondo político que invita al público a un viaje de intrigas lleno de aventuras, política, amor y humor que no parece ser de ayer, sino de nuestros días.

Beatriz López

Escrito por
Irene Herrero

Soy periodista, aunque me dedico también al marketing y la comunicación cultural. En los últimos me he atrevido a dar el paso hacia la dramaturgia y la dirección escénica y creo que ha sido amor a primera vista.

Creo en el poder transformador de las historias y nunca salgo de casa sin mi cuaderno.

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