El actor Antonio Velasco se dio a conocer con Secundario, un homenaje a los cómicos de la legua que enamoró a todos cuanto lo vieron en la mítica La Casa de la Portera. Función que puso en marcha el comienzo de lo que actualmente es Teatro de Poniente, compañía con la que recupera, en pleno Siglo XXI, el espíritu juglaresco para hacer llegar su particular forma de contar historias a cualquier rincón del país.
Actualmente podemos disfrutar de su teatro en Nave 73 con La Loca Historia de la Literatura, el nuevo espectáculo donde le veremos, junto a Fernando De Retes y Jesús Rodríguez, encarnando cuarenta personajes diferentes que, a golpe de carcajadas y con un ritmo endiablado, nos harán viajar por el lado más gamberro de la historia universal de la literatura.
Teatro Madrid.- Antonio, ¿cómo nace Teatro de Poniente?
Antonio Velasco.- Teatro de Poniente en un principio se llamaba Compañía de Cómicos Ambulantes, así es como venían subtitulada la compañía. Nosotros adoramos a La Zaranda y ellos se llamaban Teatro Inestable de Andalucía la Baja y ahora son Teatro Inestable de Ninguna Parte, queríamos tener ese estilo, esa energía. Nuestro compromiso es ir a todos los sitios que podamos, pequeños y grandes. Fernando de Retes y yo hemos actuado en el pórtico de una iglesia con dos focos haciendo El Quijote la historia secreta, ¡y ahí es cuando me he sentido más actor! Nosotros queremos recordar a los actores del camino. No renegamos de dónde venimos. El abuelo contaba historias y los demás nos sentábamos a escucharlas, de ahí quizá viene el imaginario de Mon Hermosa. Ese mundo mágico es de donde viene todo.
TM.- ¿Teatro de Poniente viene a aunar la tradición y la juglaresca con el Siglo XXI?
AV.- La tradición no está para mantenerse enclaustrada, hay que integrarla con naturalidad, de hecho nosotros cogemos la tradición y le damos la vuelta, jugamos con ella, siendo muy respetuosos, porque en La Loca Historia de la Literatura cada texto que hacemos es texto de la obra. Lo que hacemos es coger el punto de vista actual de lo que estamos viendo, como la denuncia de la violencia de género que hacemos saliéndonos de Las mil y una noches, Fuenteovejuna… O preguntarnos dónde están las mujeres en la historia de la literatura y jugarlo.
TM.- ¿Quién hace el camino de Teatro de Poniente?
AV.- Estoy muy orgulloso de la gente que viene conmigo. Mi hermano Fernando de Retes, con quien llevo ocho años trabajando y un actorazo de nuestra generación que no sé ni entiendo por qué, con las capacidades interpretativas que tiene, no está más considerado y reconocido. Además tenemos la suerte de contar con Jesús Rodríguez que es un actor camaleónico, que ha hecho un trabajo de quitarse el sombrero. Luego el equipo de siempre Mayte Barrero en la técnica, Iratxe Jiménez, Fernando López e Iduna Ruíz
TM.- La Loca Historia de la Literatura es la nueva apuesta de Teatro de Poniente que podemos ver en Nave 73, ¿qué puedes contarnos sobre este montaje?
AV.- Todo parte de El Quijote, La historia secreta, en la función hacíamos un tráiler de otros libros y funcionaba. De ahí surgió la idea de qué queríamos contar. Hay una veintena de obras escritas, de las cuales se llegaron a poner en pie 18 y de esas se han quedado 15. Tenemos 3 obras ensayadas, El Perro del Hortelano, La Vuelta al Mundo en 80 Días y El Señor de los Anillos, que por tiempo tuvimos que descartar. Nos quedamos con tantas obras fuera que dijimos: ”Tenemos que hacer algo para poder meterlas y de ahí salió el rap”
La loca historia de la literatura se basa en seis maniquís y quince máscaras, hechas artesanalmente con ayuda de Iratxe Jiménez, y a partir de ahí se construyen las historias, a través del cuerpo, de la imaginación y de los actores que, al fin y al cabo, es la esencia de todo esto. Hubo mucho trabajo de creación, de ser limpios con los personajes que queríamos, que fueran personajes con alma.
TM.- ¿Consideras importante que, como compañía, haya una esencia o una seña que os identifique?
AV.- Las compañías deben tener esencia. Grumelot tiene una esencia, cuando vas a verles buscas esa energía, esa esencia, ya sabes lo que te vas a encontrar y a mi esa idea de compañía me fascina. O Cuartoy Mitad, vas a verles porque sabes que María Prado escribe de una determinada manera y sabes por qué camino van a ir y creo que con Teatro de Poniente pasa un poco lo mismo, cuando vas a vernos esperas salir con una medio sonrisa. Ya pasó en Secundario, pasó en Quijote y creo que en La Loca Historia de la Literatura también se consigue.
TM.- ¿Dónde definirías que se mueve Teatro de Poniente?
AV.- Yo quiero hacer un teatro en el que padre se ría de lo mismo que se pueda reír su hijo. Con el Quijote, un espectador en Alcalá de Henares, nos dijo “Gracias, es la primera vez que mi hijo y yo nos estamos riendo de lo mismo” ¡Estaban compartiendo algo! y no es teatro infantil. ¿A qué me refiero con esto? Pues a Indiana Jones, Los Goonies… ¿es infantil? ¡No! Es familiar ¿Dónde está ese tipo de teatro familiar en la cartelera madrileña? ¡No existe! ¿Por qué? Porque el empresario y la propia gente de teatro hacemos una cosa u otra. Cuando distribuimos el espectáculo nos encontramos con programadores que dicen “¿Eso es infantil?. No. ¿Entonces es adultos? Sí, pero no.” El concepto de teatro familiar se ha olvidado. Es una gran lucha que tenemos.
Nosotros en Teatro de Poniente volvemos al teatro más blanco, no blanco de inocencia, porque nosotros somos muy críticos con la política, con la actualidad… más blanco en el sentido de que no perdemos la sonrisa. Nosotros no nos recreamos ni nos regocijamos en que qué mal va todo. Eso ya sabemos que está ahí, nosotros vamos a sacar la sonrisa. Parece que cuando haces comedia o haces este tipo de teatro desmitificas el teatro, haces que el teatro deje de ser ese lugar sagrado, estático, pero lo que hacemos es bajar todos los términos pomposos para volver al tú a tú, a la calle, al siglo de Oro, a lo juglaresco… ¿sabes lo que pasa? Que lo juglaresco, lo gamberro y lo canalla se ha perdido
TM.- ¿Así es como lo percibes?
AV.- A veces me da la sensación que tenemos que ir todos por el mismo camino, el que ha marcado el teatro contemporáneo. Parece que tenemos que volver a las historias más trágicas a la dramaturgia más conceptual, a la dramaturgia de lo oscuro… Hay gente que escribe desde ahí, pero a mí no me interesa eso.
TM.- Podría decirse que vosotros realizáis un trabajo desde la luz, ¿no?
AV.- Eso es, nosotros hacemos nuestro trabajo desde la luz. También porque nosotros somos un poco así, Fernando de Retes y yo. No me imagino haciendo La Loca Historia de la Literatura desde lo más terrible ¡y lo tenemos! está ahí. Me gusta trabajar desde el otro lado, desde la sonrisa. Lo malo que no nos toman en serio. Yo lo veo en la crítica, en los medios de comunicación, a mí me cuesta mucho más que me abran una puerta cuando hago este tipo de teatro que con otro estilo de obras, pero tampoco me quejo, tengo muy claro dónde quiero estar y dónde quiero seguir. Son tiempos muy difíciles para todos. Mira Pablo Huetos y Teatro Defondo que han hecho cosas como Los Atroces ¡¿Cómo no han ido Los Atroces a un teatro nacional?! No me lo explico. Ellos son un ejemplo a lo que Teatro de Poniente aspira, el camino a seguir. Sabiendo todas las dificultades que han tenido, si tengo que decir dónde me gustaría que Teatro de Poniente estuviera en unos años, ellos serían la respuesta.
TM.- Tú que vives de gira, que vas y vienes, ¿has notado mucho cambio en el panorama teatral de Madrid?
AV.- Para mí Madrid no es el objetivo, es otro lugar donde estar y conocer, pero ¿para cuándo un gestor de un teatro público que haya conocido y haya vivido los últimos años del teatro de Madrid, que haya venido a Nave 73, a Tarambana, al CDN…? Tenemos la suerte de vivir en una época de explosión cultural: María Prado, Alberto Conejero, Pablo Messiez, ¡es muy bueno tener gente como Messiez en el CDN y que te encuentres gente diferente allí!; adoro los textos de Antonio Rojano, de Paco Bezerra. Luis Luque me fascina, Fernando J. López creo que está haciendo una labor con los jóvenes brutal. Hay gente muy valiente que se arriesga muchísimo como Cuartoy Mitad, Teatro Defondo, Bernardas, Sudhum… Hay gente muy válida.
Cuando terminamos la entrevista con Antonio Velasco nos lanza una última reflexión en forma de metáfora que define a la perfección la esencia de Teatro de Poniente: “Somos el teatro de los Niños Perdidos, nos gusta estar en Nunca Jamás y luchar contra Piratas. El día que dejemos de ser así, nos convertiremos en el Capitán Garfio y el teatro que hace Garfio en su barco no es el que nosotros queremos hacer”
Texto José Antonio Alba