Te presentamos a tres humoristas que están muy presentes en las salas de stand-up comedy de la capital y que, si no los conoces ya, deberías ir a verlos. Tres artistas que, aunque puedan ser diferentes en cuanto a las temáticas que tratan, su puesta en escena o su humor, tienen un objetivo en común: hacerte reír.
Ya hemos hablado en muchas ocasiones en esta revista sobre los beneficios de vivir la vida con humor, y es que está comprobado: la vida se recorre mejor si nos reímos un poco de ella y de nosotros mismos, cuando nos divertimos junto a nuestros seres queridos o en grupo. Y no solo es positivo el acto de reír, hacer reír tiene un doble impacto positivo, hace que nos sintamos mejor y les alegramos el día a los demás: queremos estar junto a esas personas que nos sacan una sonrisa.
En TeatroMadrid deseamos poner nuestro granito de arena en alegrarte la vida, por eso hemos entrevistado a Roberto Gontán, Assari Bibang y a Dani Alés y te animamos a que los conozcas en escena:
Roberto Gontán

Roberto Gontán es actor, cómico y guionista. Fotografía de Hombre Imprevisible.
Roberto, ¿por qué decidiste dedicarte al stand-up comedy?
Pues fue por casualidad y por necesidad. Yo hacía teatro y era complicado montar compañía. Es difícil gestionar a un grupo de gente simplemente para ensayar. Y en el monólogo vi la oportunidad de preparar un show yo solo sin tener que contar con nadie. Adoraba la comedia, el drama se me da fatal y vi aquí la oportunidad de poder ganar dinero para mantenerme viviendo en Madrid. Luego ya te enamoras del formato y no hay vuelta atrás.
¿De qué temas te gusta más hablar en tus monólogos?
Tengo tres temas favoritos a destacar entre muchos. El tema de la edad y de hacerse mayor, las modas y el entorno social tan cambiante y las parejas, concretamente la relación con mi mujer.
¿Por qué crees que es bueno reírse?
Creo que ayuda a ser feliz. Es un poderoso antiestrés y antienvejecimiento. Yo tengo ya unos añitos, que evidentemente no diré en esta entrevista, jajaja… y reírme me hace sentir más joven.
¿Qué es lo más surrealista que te ha pasado en el escenario?
Diría que me pasan cosas más surrealistas fuera del escenario que dentro. Pero por mencionarte alguna, en mis comienzos. Se me subió una mujer borrachísima, cogió el micro y tuvimos que hacer el show juntos. Ella decía algo y yo le sacaba punta. Otra anécdota, por ejemplo, es ir a actuar y tener en primera fila una mesa de veinte personas celebrando una despedida de solteros, era imposible hacer el show. Solo funcionaba meterme con el novio y con los invitados. Lo salvé como pude pero no hice mi espectáculo como tenía previsto.
Asaari Bibang

Asaari Bibang es actriz, escritora, humorista y activista ecuatoguineana. Fotografía de Laurent Leger-Adame.
Asaari, ¿por qué decidiste dedicarte al stand-up comedy?
Me apetecía mucho hacer comedia y, por el tipo de personajes que me ofrecían como actriz, no tenía pinta de que fuera a ocurrir pronto. Un día me subí al escenario por primera vez sin tener ni idea de lo que hacía (se suponía que era stand-up), y me sentí tan libre y victoriosa de haber hecho reír a la gente, que pasé varias semanas deseando que alguien, quien fuera, me llamara o me escribiera para invitarme a volver a subir al escenario y saborear de nuevo aquella sensación.
Engancha. Ahora, la mayoría de los días son buenos, pero los días que “pincho” sigo llorando… y la tristeza me dura varios días. Siempre me preguntan cómo comencé en la comedia, pero nunca por qué me quedé, cuando lo más importante no es cómo llegas, sino qué te hace permanecer en este camino infinito. Eso… y diversificar.
¿De qué temas te gusta más hablar en tus monólogos?
Observo el mundo y siento que lo más interesante para mí es lo social. Ese espacio en el que creamos y compartimos nuestra identidad, el lugar en el que nos sucede todo aquello que, para mí, realmente importa. Me interesa el trato de las personas con su entorno y del entorno con ellas; observar qué impulsa nuestras ideas, valores, amores y prejuicios, aquellos aspectos de la vida por los que nos sentimos interpeladas y aquellos por los que no. Me interesan las lógicas que subyacen cada vez que los seres humanos se relacionan entre sí, en cualquiera de sus formas.
¿Por qué crees que es bueno reírse?
Es sabido que, a la hora de otorgar premios artísticos, la comedia no está justamente valorada. Creo que existe la impresión de que, como reír apela a lo lúdico, hacer reír es un juego. Imaginad un teatro con mil personas viendo a su cómica favorita, cada una con su ideología, sus manías, defectos, virtudes y carencias. La cómica consigue que personas que, quizás, si se encontraran por la calle ni se mirarían, se pongan de acuerdo en algo… y en hacerlo todos juntos. Un ejercicio que nos va a hacer falta.
Nadie te obliga a llorar viendo un drama; podrías incluso no sentir nada. En la comedia, si no se ríen, has fracasado. Es bueno reírse porque, si no, no te vuelven a llamar.
¿Qué es lo más surrealista que te ha pasado en el escenario?
Notar cómo empezaba a menstruar inesperadamente, vestida de blanco nuclear.
Dani Alés

Dani Alés es escritor y cómico de stand-up. Está licenciado en Filología Hispánica y es doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Fotografía de Irene Blanco.
Dani, ¿por qué decidiste dedicarte al stand-up comedy?
En mi caso, no fue tanto una decisión como un aprendizaje, a lo largo de muchos años, hasta que se encuentra uno con que hacer stand-up es la parte central de su día a día, pensando chistes y actuando muchos días a la semana. A veces incluso consigues hacer reír. Ese es el problema, porque es lo que engancha.
¿De qué temas te gusta más hablar en tus monólogos?
De todos los que tienen que ver con el conflicto, la vergüenza, la estupidez, el absurdo, la paradoja, las relaciones humanas, la fragilidad y el dolor. En general, los temas tabú. No soy, precisamente, un cómico muy comercial.
¿Por qué crees que es bueno reírse?
Porque relativizas. Kant decía que la risa es la transformación súbita de una ansiada espera en nada. Creo que ese poder “nadificador”, o relativizador de la comedia es inmensamente sano, y se opone, como señala Javier Gomá, a cualquier perspectiva totalitaria: ya sea política, religiosa, incluso el totalitarismo del “ego”. Es un buen camino para, primero, conocerse a uno mismo (mirarse en el espejo de tu propia miseria), para aceptar las taras y los pies de barro, y para no caer en la mezquindad de tomarse demasiado en serio.
¿Qué es lo más surrealista que te ha pasado en el escenario?
Una vez vino una pareja a un show. Justo antes de empezar (según me informaron los camareros del local donde actuaba), estaban discutiendo porque ella le había pillado a él una infidelidad. En plena crisis, decidieron entrar al show, para no perder el dinero de la entrada.
¿Has pensado alguna vez en cómo sería el mundo si nos riéramos más? ¿Qué cambios veríamos reflejados en nuestra sociedad si uno de nuestros objetivos principales fuera sacarle una sonrisa a aquellos que nos rodean?
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